Luego de los duros avatares de la crisis sanitaria y social ocasionada por la pandemia del coronavirus, finalmente el país está saliendo de la emergencia de la salud. En estos momentos, el covid-19 ya no resulta el principal problema del Paraguay porque luego de las lamentables bajas en vidas humanas y en perjuicios de diversa índole, se está dejando atrás esa triste experiencia. Todo indica que va formando parte del pasado, que alimenta nuestros recuerdos más dolorosos como sociedad.
La vida continúa con su carga de nuevos desafíos y de logros que esperan como premios a la lucha. Es un reto a la creatividad y el trabajo perseverante.
La tarea es diseñar el futuro inmediato apostando por la recuperación del país en todos los planos: la salud, la economía, el bienestar de la gente como fruto del esfuerzo de todos. Que debe ser encabezada por los responsables políticos de la conducción del país, como corresponde a toda nación organizada.
Las estadísticas que se tienen indican que la situación del Paraguay está lejos de las bonanzas de quinquenios anteriores, pues en los últimos tres años y medio el país no ha crecido económicamente como se requiere, con todo lo que ello implica en problemas para la sociedad. En ese tiempo el Gobierno ha concretado el mayor endeudamiento en la historia del Paraguay y, por sus insuficientes recaudaciones, el déficit fiscal está cada vez más alto, lejos de lo establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Hasta abril último el saldo de la deuda pública era de 14.124 millones de dólares, un 75,67% más que el débito que tenía el país en diciembre del 2018, y con ello la deuda pública asciende al 35,2% del producto interno bruto ((PIB), el más elevado porcentaje que se recuerde. De ese modo este gobierno que recibió el país con una deuda de 7.808 millones de dólares en agosto del 2018, ha conseguido el récord absoluto de endeudamiento en sus 3 años y 8 meses de gestión. Es la administración que mayor cantidad de préstamos ha contratado.
Una de las dificultades que ocasiona el alto endeudamiento es que al aumentar las obligaciones para el pago de los préstamos los recursos del país no alcanzarán, como ya está ocurriendo. Entonces, el Gobierno no tendrá más alternativa que elevar la tasa de impuestos o crear nuevos tributos para recaudar más, lo que impedirá adoptar incentivos fiscales para atraer las nuevas inversiones.
En cuanto a la percepción de la gente sobre su actual situación económica, la última encuesta de hogares del Banco Central del Paraguay (BCP) refiere que el 82% de los entrevistados señaló que está en peores condiciones que en el último año. Y esto se explica porque 273 mil personas que formaban parte de la clase media han descendido últimamente a la franja de la pobreza, según los registros estadísticos. Los técnicos sostienen que la pobreza irá aumentando si no se da un golpe de timón al estancamiento económico, que se está viviendo en los últimos 4 años.
La gran materia pendiente que tiene en este momento el Gobierno es la economía, la necesidad de repuntar la actividad productiva, comercial, la creación de nuevos empleos a niveles elevados y la reducción de la pobreza. Mientras no se ponga el acento en lo verdaderamente importante, que es reavivar la vida económica del país, todo lo demás es secundario y no conduce a la solución de los verdaderos problemas del país.
Aunque se está en plena campaña político-partidaria, no se pueden aceptar los discursos inconsistentes y la propaganda que apunta a desconocer la realidad que se sufre en el día a día. Cuando hay cada vez más pobres y aumentan los desocupados, no sirven las promesas de los que proponen hacer milagros mientras lo único que han hecho es destruir los logros obtenidos hasta ahora.
Hace casi cuatro años que el país no crece, y ya no se puede seguir confiando en la gente que no pretende superar la crisis. Tienen la siguiente disyuntiva: o trabajan para conseguir mejores resultados, o se van a su casa a rumiar sus frustraciones. La sociedad no puede esperar más, necesita urgente salir del estancamiento para mejorar sus condiciones de vida.