Las internas del Partido Colorado están transcurriendo por caminos accidentados que van mostrando el verdadero rostro del sector oficialista, que está utilizando los organismos del Estado para sus propósitos electoralistas. Sin ningún tipo de recato ni respeto por las normas usa algunas instituciones de la nación paraguaya en provecho de un grupito que se ha mostrado poco escrupuloso. Para este, los medios no importan con tal de llegar a sus fines.
Como muestra del desaliñado operativo electoralista oficial basta mostrar algunos ejemplos: un canal de televisión de capital privado salió a desmentir el informe de la Seprelad en que lo hace aparecer como comprador de cigarrillos de Tabacalera del Este SA (Tabesa).
En un comunicado, Unicanal SA señala que no compró cigarrillos de Tabesa, como dice el informe que filtró la Seprelad, y considera que la publicación de hechos inexistentes es un agravio, y que de hecho constituye un ataque a la libertad de prensa al querer afectar la credibilidad del canal. El escrito indica que tienen todas las pruebas para demostrar la falsedad de la afirmación y que la empresa ha puesto a disposición de la institución encargada de supervisar a los contribuyentes las facturas emitidas por Tabesa a Unicanal. Agrega que evalúa la posibilidad de accionar judicialmente contra los que hicieron las falsas acusaciones.
Por su parte, Tabesa ha publicado los facsímiles de las facturas emitidas a Cecon SAE en que se ve que el concepto de las operaciones nada tiene que ver con la venta de cigarrillos, como acusa el informe de Seprelad. Los voceros del grupo indicaron que ninguna factura de Tabesa a empresas del Grupo Cartes tiene relación con la venta de cigarrillos, excepto Palermo, que es la distribuidora de la tabacalera.
“Nunca nos compró cigarrillos, ni Cecon ni la señora Sarah Cartes, ni Unicanal, ni organización alguna que no fuera la distribuidora de nuestros productos, la empresa Palermo”, dijo el vocero, quien agregó que lo afirmado por Seprelad es “una vergonzosa mentira”.
Los conocedores de la vida interna del Partido Colorado han señalado que los que están detrás de la campaña de desprestigio del Grupo Cartes son el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el vicepresidente, Hugo Velázquez. Los más altos funcionarios del país están utilizando los medios del Estado para articular un operativo que fue calificado por el senador Juan Carlos Galaverna como “campaña miserable”.
El candidato de Honor Colorado Santiago Peña señaló que no tiene dudas de que su contendor, el vicepresidente Hugo Velázquez, está detrás del operativo en que se manipulan los organismos del Estado para sus fines proselitistas. “Hoy se está poniendo en tela de juicio también la independencia de los organismos y la seguridad que tienen que dar a los ciudadanos. Acá el único objetivo es tratar de sacarnos de la carrera porque saben que con los votos no van a poder”, manifestó.
A medida que se van conociendo los detalles de la campaña electoral del Gobierno, que usa a Seprelad para destrozar a la facción oponente en las internas coloradas, crece el repudio hacia esa actitud. Aparte del asombro que causa este proceder, está quedando claro el afán inaceptable de querer destruir a sus propios correligionarios, lo que está muy lejos de cualquier tipo de lucha democrática. No hay que olvidar que se trata solo de una puja en las internas de un partido y que no se está ante una guerra de destrucción contra los verdaderos enemigos.
La mentirosa operación electoralista del oficialismo para atacar de manera alevosa a sus oponentes escapa a todas las formas de campañas partidarias conocidas hasta ahora. No solo va contra todo tipo de normas de convivencia política, sino que rompe todos los códigos de respeto, hasta llegar a un extremo lamentable. Tal parece el grado de desesperación a que ha llegado el sector oficialista, que no repara en ninguna clase de sucios recursos para destruir a sus oponentes.
La utilización de algunos organismos de control del Estado, como la Seprelad, con fines electoralistas en las internas del Partido Colorado es totalmente inaceptable. Porque con sus propósitos partidistas el Gobierno está degradando la delicada misión del organismo público, que está por encima de las facciones políticas.