La economía paraguaya sufrirá este año los golpes ocasionados por los fenómenos climáticos adversos y sus consecuencias. Por lo que es muy probable que se produzca su tercer año de recesión en los últimos tiempos o, en el mejor de los casos, tenga un alza ínfima, que de todos modos significará un crecimiento pobre y lejos de las expectativas que se tenían en los últimos meses del 2021.
En eso coinciden los análisis más recientes de fuente confiable, por lo que se puede afirmar que el 2022 será otro período difícil que impedirá que se recupere el país, con todo lo que ello implica en su repercusión en el bienestar de la ciudadanía. A los perjuicios ocasionados por el clima desfavorable se pueden sumar otros factores por la situación política internacional, sobre todo ahora que Rusia ha invadido Ucrania, hecho que probablemente encarecerá más el petróleo y golpeará la comercialización de los commodities.
En su informe correspondiente a febrero, el banco Itaú sostiene que la economía paraguaya declinará este año en 1,7%, corrigiendo de ese modo su anterior previsión de que tendría una leve alza del 0,5%. Afirma que nuestro país está enfrentando una de las peores sequías de su historia, lo que incide de manera importante en su desenvolvimiento interno.
El estudio del banco brasileño señala que como el PIB este año tendrá fuertes resultados negativos, se aguarda que en el 2023 el efecto rebote sea más alto que el que se había previsto en el informe de enero último. Por eso habla de que podría registrarse un crecimiento del 7%, frente al 4% que había pronosticado en su informe del mes anterior.
La Fundación Desarrollo en Democracia (Dende) estima que el bajón de la economía será este año del 1,5%, de la expansión del 3% que había calculado anteriormente. Para el 2023 cree que el crecimiento podría llegar al 8,5% como reacción contraria. Debido a este golpe estima que el país dejará de percibir alrededor de 2.500 millones de dólares por sus exportaciones caídas, cifra que es casi el 6% del PIB. Otro tema destacado es que si la Argentina continúa con su política cambiaria, el ingreso de contrabando de productos de ese país será mucho más fuerte, con su consiguiente efecto en la menor venta de los supermercados y negocios legales. Otro factor negativo es el incremento en los precios de los combustibles, que ahora se aviva por las repercusiones de la invasión rusa a Ucrania en el precio internacional del crudo de petróleo.
El ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP) Carlos Fernández Valdovinos dijo que este año, si no se produce recesión, tendremos un crecimiento muy leve. “Desafortunadamente, podría llegar a ser el tercer año recesivo de los últimos que tenemos en la economía paraguaya”, sentenció.
La situación que han dibujado estos informes es un toque de alarma para todo el país, en especial para los sectores que tienen responsabilidades en la conducción de la vida nacional. Estamos ante otra crisis palpitante y no se puede desatender la suerte de la nación y sus habitantes. Es un toque de atención muy especial para las autoridades que actualmente se hallan embarcadas en las peleas tribales de las internas del Partido Colorado y se olvidan de que su única y principal obligación es conducir la marcha del país. El Ejecutivo debe trazar urgente un camino para absorber los nuevos golpes e incentivar la recuperación.
Es cierto que la principal causa del panorama desfavorable es el clima, que no depende de la voluntad política. Pero sí está sujeto a la decisión de los políticos cómo encarar la caída de la producción y sus consecuencias, con medidas que alivianen el impacto, con planes que aviven la creación de empleos, con incentivos al comercio legal y castigos al contrabando. Se debe impedir el mayor aumento de los precios de los derivados del petróleo y los productos de consumo básico.
El país está por encima de cualquier interés sectorial. Y el Gobierno tiene la responsabilidad indeclinable de conducirlo por los caminos adecuados para enfrentar la crisis y procurar la pronta recuperación. Esa es su urgente y principal tarea del momento.