Al comenzar la segunda quincena de enero, Paraguay supera los 500 mil casos de covid-19 y es uno de los tres países de Sudamérica con menor tasa de vacunación. El aumento de casos debido a la Ómicron ha puesto a la Nación en alerta por su gran agresividad y está sacudiendo de nuevo el sistema de salud ante la avalancha de afectados. El ingreso de esta nueva variante era inevitable ya que está atacando a todo el mundo con espec­tacular ofensiva. Lo que obliga a insistir en que se deben tomar todas las medidas nece­sarias para que no se expanda el contagio mediante los cuidados sanitarios de rigor. Obviamente, se debe mejorar grandemente la campaña de inmunización con nuevas estrategias y por todos los medios posibles para tratar de poner bajo cuidado al mayor porcentaje de la población ante las nuevas amenazas pandémicas.

Está visto que vacunarse no blinda al ciento por ciento contra el contagio, pero está demostrado que hace más leve el cas­tigo de la enfermedad y da más garantías contra la muerte. Según las estadísticas, las personas vacunadas tienen 22 veces menos posibilidades de fallecer por la enfermedad que las no vacunadas.

El domingo 16 de enero, el número de con­tagiados por el coronavirus en el Para­guay llegó a 501.189 personas, de las cuales fallecieron 16.821 en los 680 días de pan­demia que se vive desde el 7 de marzo del 2020. En los primeros 16 días de este mes se sumaron 32.944 enfermos y 115 falleci­dos, lo que da un promedio de contagios de 2.059 por día, aunque el fuerte incremento comenzó el 10 de enero, con 3.079 conta­gios en un solo día y llegó a su pico máximo diario el viernes 14, con 4.145 positivos.

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Según los datos internacionales de salud, el Paraguay está entre los tres últimos países de la región sudamericana en por­centaje de personas inmunizadas contra el covid-19, junto con Bolivia y Venezuela.

El sitio Datosmacro.com, con base a informes recientes de los ministerios de Salud, refiere que Paraguay tiene el 42,10% de vacunados, seguido por Boli­via, con el 41,68%. El último puesto lo ocupa Venezuela con el 40,82% de inmu­nizados contra la pandemia.

Los primeros cinco países con mejor índice de vacunación los ocupan: Chile, en primer lugar, seguido por Uruguay, en el segundo. En el tercer puesto está la Argentina, en el cuarto, Ecuador, y en el quinto lugar se ubica Brasil. Paraguay está en la octava ubicación entre las diez naciones sudamericanas.

El hecho de ocupar uno de los peores luga­res en el continente por el escaso porcen­taje de inmunizados es un triste privile­gio, que habla de la cuestionable gestión gubernamental en la materia. Aunque se pueda aducir que intervinieron algunos elementos ajenos a la voluntad estatal, la responsabilidad final es de las autorida­des nacionales que a esta altura no se pue­den escudar en ninguna excusa.

El relativamente bajo porcentaje de vacu­nados en nuestro país tiene un responsa­ble final, al que se debe señalar como tal. Se le debe reclamar por su insuficiente acción. Y en su debido momento tiene que hacerse cargo desde el punto de vista polí­tico de esta falencia, por ser uno de los causantes de la situación que se vive. Por­que si en toda falta o crimen hay un autor directo por la acción cometida, están tam­bién los responsables por omisión o falta de acción para evitar el hecho, que tienen su indudable cuota de responsabilidad.

El Gobierno y las instituciones responsa­bles de la salud pública tienen el desafío y la obligación de seguir protegiendo con acciones eficientes la situación de salu­bridad nacional. La máxima autoridad política debe concentrarse en gobernar el país, tarea para la que fue elegida y hacer que la campaña de inmunización y el esta­blecimiento de otras medidas de salud mejoren en cantidad y calidad para que no sigamos en la triste lista de las naciones sanitariamente ineficientes.

Paraguay no debe seguir entre los paí­ses mal calificados. No solo por la menor cantidad de vacunados y figurar en un ranking negativo. Sino sobre todo porque indica una falta de eficiencia de las insti­tuciones del ramo en la grave responsabi­lidad de cuidar la salud de los paraguayos.

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