Hace una semana el Gobierno lanzó con bombos y platillos desde el Palacio de López el plan de abaratamiento de productos de consumo denominado “Añuã, abrazo solidario”, que comenzó a aplicarse el jueves 25 de noviembre. Abarca a 270 artículos de la canasta básica familiar, que se deben comercializar en 300 puntos de venta, especialmente en supermercados y centros afines. La iniciativa encaminada a aliviar el presupuesto de las familias que se vieron afectadas por los incrementos de precios fue saludada con entusiasmo. Pero hasta ahora no hay evidencias sólidas de su buena aplicación, de acuerdo con las mediciones realizadas.
En los primeros días de vigencia de Añuã no se ha tenido el impacto deseado pues los clientes todavía no se han percatado de la reducción de precios, y da la impresión de que el anuncio no se está cumpliendo a cabalidad. Esa es por lo menos la opinión de las personas que habitualmente concurren a los supermercados a adquirir diferentes productos y no se han dado cuenta del plan de abaratamiento anunciado por el Poder Ejecutivo.
Un relevamiento realizado sobre el tema ha mostrado los siguientes datos: los clientes de los supermercados no conocen la lista de los 270 productos cuya reducción de precio la anunció el Gobierno. En los lugares a los que concurrieron no han encontrado la lista de artículos con menores precios para poder percatarse de la ventaja que se pretende otorgar. Las personas consultadas sobre el tema dijeron que siguen comprando las cosas a precios elevados. La excepción se da en algunas verduras, como el tomate, que está a 7.000 guaraníes el kilo cuando antes se vendía por encima de 10.000, pero esas oscilaciones son normales en los productos hortícolas por razones de oferta y demanda, según explicaron.
El operativo de rebaja de los productos de consumo irá hasta el 31 de diciembre, y se tiene todo un mes por delante para que se lo haga funcionar como corresponde, siempre que haya buena voluntad en los comercios que se han comprometido a bajar sus precios. Pero el Gobierno no se puede quedar tranquilo sin supervisar y exigir que se apliquen los nuevos precios.
Hay que admitir que, aunque las empresas privadas se comprometieron a las rebajas, les conviene vender los artículos de mayor precio, pues así ganarán más dinero. Lo que podría explicar que no se esté aplicando con fuerza el plan gubernamental.
Por esa razón y por lo que se está detectando en los centros de compra, los organismos estatales involucrados en el plan como el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y la Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco) deben realizar un relevamiento en los comercios involucrados para hacer que se pongan las listas, se informe a los clientes de los precios más bajos, y se haga cumplir la disposición del plan Añuã. Sino la idea de facilitar las compras a valores más bajos para ayudar a la gente terminará convirtiéndose en una lamentable burla a los más necesitados.
Hay que felicitar al sector privado que se ha comprometido a poner en práctica las rebajas de precio, por su solidaridad. Pero hay que entender que la campaña de más de un mes es muy larga para los comercios y que la esencia de las empresas privadas es trabajar para ganar plata. Más en momentos en que por acercarse el fin de año y el cobro del aguinaldo los negocios tienen interés en aumentar las ventas de los artículos de precios más elevados.
El Estado debe actuar a través de sus organismos especializados para que funcione el plan de solidaridad: Tiene que hacer una fuerte campaña de publicidad sobre la rebaja de los 270 productos dando a conocer en detalle qué artículos son, a qué precios se venden y qué empresas se comprometieron a aplicarla. La divulgación es fundamental para que los propios consumidores concurran a los centros comerciales afectados y pidan los artículos a los precios pactados.
El plan Añuã tiene que ejecutarse en toda su dimensión para que resulte eficaz y cumpla el propósito solidario de proteger a los más necesitados. Para ello hay que solucionar las dificultades encontradas y hacer que se aplique efectivamente.