Con el nombre de Añua, abrazo solidario, el Gobierno lanzó con toda pompa la campaña de abaratamiento de precios de productos de la canasta familiar, que serán subsidiados por el sector privado. Y al mismo tiempo anunció otras medidas de apoyo a pequeñas y medianas empresas y de contención social, cuyo desarrollo hay que ver cómo se lleva a cabo en el futuro inmediato. El operativo tendrá una duración de un mes y una semana, pues irá desde el 25 de noviembre hasta el 31 de diciembre próximo.
El descuento en el precio final de alrededor de 270 productos de consumo se hará en 300 lugares de venta en todo el país y será de entre el 20% y el 30% de su valor de venta actual. Se empezará a aplicar desde hoy, de acuerdo con los anuncios. Se programa la realización de ferias agrícolas con la participación del ministerio del ramo para apoyar la agricultura familiar.
Otra de las medidas es la reducción en 50% del monto de pago por los servicios de Ande y Essap a las mypimes, además de una nueva partida de fondos para préstamos. Se prepara una línea de crédito a través del Banco de Fomento a las empresas más afectadas por la pandemia a 10 años de plazo, con tasas relativamente bajas.
Para la rebaja de los precios de los productos es fundamental el aporte de numerosas empresas privadas, desde los supermercados que son los vendedores finales, hasta los proveedores, como los frigoríficos y numerosas industrias que entregarán sus productos más baratos para colaborar con el operativo. La Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) tendrá un papel fundamental, pues en sus compañías asociadas se harán las ventas. La participación de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) a través de sus asociados que entregarán sus productos a valores más bajos será de gran importancia, así como la intervención de la Cámara Paraguaya de la Carne cuyos miembros decidieron abaratar el precio de cinco cortes vacunos.
A partir del momento en que rige la disminución de los valores finales hay que buscar que se haga de manera efectiva y alcance a la mayor cantidad de familias del país.
Por eso se debe señalar que, si los descuentos se harán solamente en 300 lugares de venta de todo el país, la medida no podrá alcanzar a gran parte de la población paraguaya. Tendría que verse cómo hacer para que se aumente a más de 1.000 los sitios que hagan las rebajas en todo el territorio nacional, incluyendo los mercados municipales de cada localidad, los de abasto, los negocios barriales importantes, entre otros puntos. Se debe sumar también a todos los sectores posibles, como el avícola, el porcino, los gremios agrícolas, además de las ferias anunciadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Durante la administración Cartes, el Indert realizó con gran suceso una feria agropecuaria semanal en Asunción y otras en localidades del interior con la participación de los comités de mujeres, hasta que el gobierno actual la dejó de lado. Hay que darle continuidad a esa exitosa experiencia para acercar a los campesinos a los mercados de consumo con sus productos, sin el sobreprecio de los intermediarios.
Para que el operativo alcance a más gente, las centrales y gremios de trabajadores deben ser tenidos en cuenta como consumidores. Para lo cual los organizadores de esta campaña deben proponer acuerdos con las entidades sindicales para que su gente concurra a usufructuar de estos beneficios y secunde con nuevas ideas y sugerencias.
En este gran abrazo que se pretende dar todos ganarán dinero: los consumidores ahorrarán con los nuevos precios, mientras que, tanto los vendedores, así como los productores de los artículos rebajados, tendrán sus ganancias, pues venderán más, aunque su utilidad relativa no sea más elevada.
A pesar de que la campaña tiene algunas cosas que corregir, le mueve un propósito muy plausible y debe recibir el impulso de toda la ciudadanía. Si funciona, será de gran beneficio para una porción importante de la sociedad paraguaya. De ello dependerá que la iniciativa sea realmente un abrazo solidario, como el que ayuda siempre a sobrellevar los momentos difíciles y a articular respuestas para el futuro.