Las expectativas de los agentes económicos han mejorado en noviembre, según la encuesta realizada por el Banco Central del Paraguay (BCP), y se cree que subirá el crecimiento por encima de lo previsto por la banca matriz. Por su parte, el indi­cador mensual de la actividad económica de setiembre revela que creció en 5,6%, lo que permite un aumento acumulado en lo que va del año de 5,7% al cierre del noveno mes del año. Por su lado, se tiene que la confianza del consumidor, que también la mide la banca central, dismi­nuyó en octubre frente al mes anterior, aunque sigue manteniéndose en el ren­glón optimista.

Los estudios mencionados pertenecen a diversos momentos del año y van cam­biando de acuerdo al tono de los acon­tecimientos. Pero señalan de manera inequívoca el rumbo que va adquiriendo la vida del país en este 2021 de transición entre la pandemia del 2020 y las pers­pectivas del año entrante. Hay certezas innegables, como el crecimiento, aunque sea solo para volver a los niveles de antes de la pandemia, que contribuyen a mejo­rar la situación y pueden asegurar mayor impulso.

Uno de los datos más importantes, por­que responde a la medición de los ele­mentos que componen la realidad, es que el movimiento de la economía, que se mide a través del Índice Mensual de Actividad Económica (Imaep), creció en setiembre en 5,6%, que fue superior al alza de agosto que había sido de 4,2%. Con esto son siete meses consecutivos de crecimiento, luego del primer bimestre del 2021, que había tenido una impor­tante caída. Después de las bajas de enero y febrero, con un -6,1% acumulado, a partir de marzo se produjo la suba inin­terrumpida, que al 30 de setiembre ha alcanzado a un alza acumulada del 6,7%, según el BCP.

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Para alcanzar estos niveles fueron funda­mentales los desempeños positivos de los servicios, las manufacturas y la construc­ción. La generación de energía y la agricul­tura tuvieron un comportamiento nega­tivo. Para el cierre del año, la banca matriz sigue sosteniendo que el alza del producto interno bruto (PIB) será de 4,5%.

Debido al clima optimista que transmi­ten esos números es que en la encuesta de Expectativas de Variables Económicas (EVE) del BCP conocida en los últimos días los agentes económicos elevaron la estimación del crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 4,3% a 4,5%, como sostiene la banca matriz. Los encuesta­dos son instituciones bancarias, empre­sas, universidades y otros entes con un papel importante en el estudio de la situación del país, por lo que su opinión tiene su peso en la consideración pública.

Según voceros de la banca estatal, la recuperación se ha dado en los secto­res que habían sido muy golpeados por la pandemia, como es el caso de los servi­cios. Sin embargo, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de octubre retro­cedió unos puntos, aunque sigue man­teniéndose en la zona de optimismo, de acuerdo con el banco oficial.

La primera interpretación que se puede hacer de estos datos de la situación eco­nómica y de la percepción de los agentes económicos es que, en promedio, hay una buena carga de optimismo por la mar­cha de la actividad económica, aunque existen también motivos en ciertas áreas para que el sentimiento positivo no sea mayor, por razones que consideran los encuestados.

Lo resaltante de todos estos estudios es que muestran la situación de los diversos elementos que componen la economía, que tiene un sesgo favorable importante. Ya que se elaboran con base en los datos que se presentan en el día a día se puede afirmar que son sensores que reflejan la realidad con bastante fidelidad. Como algunos se basan en encuestas realiza­das con los agentes económicos, por un lado, y con personas de familias, por el otro, tienen la particularidad de indicar el sentir de elementos que conforman una parte importante de la sociedad y el espectro económico.

Se puede decir que existe un crecimiento real, como revelan los indicadores. Pero todavía es temprano para afirmar que ya se ha salido totalmente de la emergencia eco­nómica provocada por la pandemia. La rea­lidad que están viviendo otros países mues­tra que hay una cuota de incertidumbre.

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