El año que termina tiene la positiva impronta de que la economía está repuntando y los pronósticos hablan de un alza del 4,5%, luego del 2019 y el 2020 en que hubo caídas. Por lo que el alza es apenas una recuperación de todo lo que ha disminuido, pero con el ingrediente favorable de que se está saliendo del pozo. Sin embargo, el país está más débil porque ha contraído deuda como nunca antes y cada vez tiene que usar más cantidad de sus ingresos para los intereses de los préstamos.
Una de las recomendaciones realizadas recientemente por la misión de Fondo Monetario Internacional (FMI) es que hay que ser muy prudentes con la deuda, tanto en el bicicleteo de los pagos como en la contratación de nuevos préstamos. Un consejo que no sabemos hasta qué punto lo tendrán en cuenta las autoridades que manejan las finanzas del Paraguay.
Para tener una idea de la actual situación financiera del país, conviene señalar que su endeudamiento creciente ha hecho que al término de setiembre último el saldo de la deuda haya aumentado en 143,5% desde diciembre del 2015, y que en sus tres años de gobierno la administración actual elevó en más del 70% el pasivo del país.
Pero es en los últimos dos años en que el Gobierno incrementó su deuda en mayor porcentaje, con lo que tiene el privilegio de ser la administración de los últimos quinquenios que más endeudó al país. La emergencia pandémica incidió fuertemente en esta situación, podría ser el justificativo, pero lo cierto es que estamos más apretados que antes por el pasivo.
Al 30 de setiembre de este año la deuda ascendía a 13.310,3 millones de dólares, que, comparado con los 8.859,1 millones registrados al 31 de diciembre del 2019, antes de la pandemia, representa un alza del 50,24%. En los 21 meses transcurridos desde entonces, el Estado se endeudó por 4.451,2 millones de dólares.
El 2020 es el ejercicio fiscal en el cual más deuda contrató el Estado paraguayo en toda su historia, pues de 8.859,1 millones de dólares al 31 de diciembre del 2019 llevó su débito a 12.212,9 millones al 31 de diciembre del 2020, un incremento del 37,85%, o sea, 3.353,8 millones de dólares más. Si se tiene en cuenta que la deuda total del país en noviembre del 2012 era de 2.248,5 millones de dólares, en un solo año se endeudó más de lo que lo había hecho en varias décadas.
Paralelamente, los intereses que se pagan por las obligaciones también van creciendo, lo que incrementa su peso sobre las disponibilidades presupuestarias. Según el Ministerio de Hacienda, en los últimos doce meses, desde setiembre del 2020 hasta setiembre de este año, el monto del pago de intereses pasó de 1,9 billones de guaraníes a 2,3 billones, más de 400 mil millones de guaraníes, un incremento del 21%.
Debido a que con sus ingresos normales el Gobierno no puede cubrir los pagos de su deuda, un porcentaje importante del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2022 está compuesto por nuevos préstamos que contratará para el cumplimiento de sus obligaciones. El proyecto de presupuesto para el año venidero prevé que el 16% de la entrada de dinero para financiar sus gastos provendrá de la plata que debe prestar de diversas fuentes. El Gobierno aumentará su endeudamiento para poder pagar sus débitos porque sus ingresos no le alcanzan.
El representante del FMI en Paraguay se refirió al tema en una de sus últimas alocuciones públicas. Hablando de las elevadas deudas públicas y las renovaciones de deudas de los países de la región, dijo que son una de las vulnerabilidades clave para la zona de ahora en adelante, sobre todo si se toma en cuenta que pueden subir las tasas de interés internacionales. Aunque señaló que en el caso de Paraguay los riesgos serían menores comparado con otros países de la región. “Pero en todo caso es un factor de riesgo importante a tomar en cuenta hacia adelante”, remarcó. Recomendación que no hay que echar por tierra para buscar la sostenibilidad de nuestra economía y recuperar el equilibrio macroeconómico que se perdió.