Teniendo en cuenta que la actuación del Gobierno y sus organismos especializados ha mostrado escasos resultados en la persecución del ingreso ilegal de mercaderías, los afectados decidieron encarar de manera directa la lucha contra el contrabando. La Unión Industrial Paraguaya (UIP) y la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) iniciaron una campaña de concientización a fin de que la gente tenga conciencia del daño que ocasiona al país la economía informal, que obstaculiza la creación del empleo por las empresas legales y perjudica a la gente que necesita más fuentes de trabajo formales. Esto además del daño a las recaudaciones del Estado, tan necesarias para sostener con solvencia la salud pública, la educación y otros sectores importantes.

El diccionario define la palabra concientizar como todo acto que signifique hacer que una persona tome conciencia sobre determinadas circunstancias y elementos de su personalidad para mejorar su calidad de vida y sus vínculos con los demás individuos y con el medio que lo rodea. Tiene un sentido positivo, porque al llevar a cabo la acción, la persona que se concientiza deja de lado actitudes negativas y usa su entendimiento para su propio bien y el de los demás. Esa es la pretensión de los organismos empresariales mencionados: hacer que se comprenda la situación y cambiar positivamente de actitud apoyando a la producción y comercialización de los productos legítimos contra la ilegalidad del contrabando.

Los gremios empresariales hicieron hincapié en que el principal afectado por el contrabando es el empleo, porque la ilegalidad no paga salarios legales ni contribuye con los gastos sociales para el trabajador, sino que más bien mata la posibilidad de crear nuevos empleos formales que atiendan las necesidades de los empleados.

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El presidente de la UIP, Enrique Duarte, resumió la idea de la campaña que emprendieron diciendo que están luchando por la formalidad y la equidad social, con salario justo “…y no podremos lograr estos objetivos con el contrabando”, sentenció. “Pedimos salud, educación, seguridad ciudadana y más infraestructura, y no podemos lograr eso con la evasión de impuestos”, reiteró, manifestando que tienen claro lo que desean y que se debe hablar menos y trabajar más.

El dirigente del gremio de supermercados, Alberto Sborovsky, insistió en el tema de que el empleo es el principal perjudicado por el comercio ilegal. Afirmó que comprando un producto más barato, de contrabando, se está sacando el empleo a mucha gente. “Sin contrabando puede haber más empleo, porque el contrabando no paga salarios”, remarcó.

Hablando sobre el tema, el empresario José Ortiz, del grupo Cartes, señaló que a causa del contrabando que afecta a las empresas del país, se desvanecen los empleos formales, igual que la actividad y el consumo legal. “Esto termina afectando a todos, se potencia el empleo informal y eso afecta a la carga social. No existen seguros jubilatorios ni IPS, y las personas que viven del empleo informal ni siquiera pueden acceder a créditos”, explicó.

Apostó porque se potencie el empleo formal, pues es el que dinamiza la economía y favorece al trabajador ya que le permite acceder a los servicios y beneficios legales. Agregó que de ese modo se genera un círculo virtuoso de consumo dentro de la formalidad.

La campaña encarada por los gremios empresariales tiene que contar con el apoyo de toda la ciudadanía, pues al final es la gente común, el ciudadano trabajador, la que recibirá los beneficios finales. Una salud pública con mejores recursos será más apta para atender a la gente, así como una educación estatal con presupuestos más elevados podrá ofrecer una formación adecuada a jóvenes y niños del país. Todo lo cual podrá ser posible si mejoran los recursos del Estado mediante el aumento de los ingresos tributarios, que solo se logra con la legalidad.

Por eso la cruzada de crear conciencia a favor de la importancia de las actividades formales y el repudio hacia el contrabando tiene que tener el apoyo de la sociedad paraguaya. No se pueden admitir el contrabando ni el apoyo a las conductas delictivas bajo ninguna circunstancia.

El comportamiento de una persona digna y una comunidad decente transcurre solo por los caminos del decoro y la legalidad. Y siempre opta por combatir el delito y apoyar las buenas acciones.

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