La Comisión Bicameral de Presupuesto comenzó a analizar el proyecto de ley de Presupuesto General de la Nación para el 2022, y se espera que ambas cámaras del Congreso culminen su tarea a más tardar en la tercera semana de diciembre, que es cuando concluye el período legislativo anual. Por esa fecha el documento final debe ser sancionado y enviado al Poder Ejecutivo, que tiene que promulgar la ley para los primeros días del año entrante.
Una de las características principales del proyecto de ley en estudio es que el presupuesto del Estado paraguayo para el 2022 tendrá menos dinero para hacer inversiones físicas que lo establecido para este año, por lo que se realizarán menos obras públicas, a estar por los números del documento oficial. La razón aducida por los técnicos del área económica es muy simple y contundente: habrá inferior cantidad de dinero para las obras porque no hay suficiente recaudación impositiva y porque no se quiere aumentar la deuda con nuevos préstamos para ciertas inversiones.
Lo cual no quiere decir que se prestará menos dinero, ya que parte de la deuda pública se pagará con más endeudamiento, sino que se quiere disminuir los compromisos para las obras a fin de no inflar en demasía el pasivo del Estado, que tiene que reducir su déficit para el año venidero.
El problema de que las recaudaciones fiscales no son suficientes para hacer frente a los gastos del Estado no es nuevo. Lo que pasa es que la prudencia aconseja que no es saludable prestar más recursos para no entrar finalmente en la irresponsabilidad de desestabilizar el equilibrio fiscal, que era hasta hace pocos años uno los pilares de la fortaleza económica paraguaya.
El proyecto de presupuesto para el 2022 fija 305 mil millones de guaraníes menos en los recursos previstos para el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) que lo asignado para este año. Esto implica una disminución del 3,3% en los gastos que podrá realizar la cartera de obras con relación al presupuesto actualmente vigente. De los 9,127 billones de guaraníes disponibles para el 2021 disminuirá a 8,822 billones de guaraníes en el 2022, según el documento. La suma mencionada puede llegar a bajar incluso a 5,960 billones de guaraníes si en el Congreso no se eleva el déficit fiscal al 3% del PIB, como ha solicitado del Poder Ejecutivo a fin de no desarticular las previsiones de gastos que tiene en el proyecto en estudio. Esto demuestra que el proyecto de ley enviado al Legislativo, que prevé un déficit fiscal del 1,5%, es ficticio, porque no es el verdadero presupuesto que desea el Ejecutivo, sino el que prevé un saldo negativo del 3%.
Por consiguiente, si en el Congreso no se acepta el alza del déficit fiscal, el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas sería de 5,96 billones de guaraníes, lo que representaría una disminución del 35%, o sea, 3,16 billones de guaraníes menos que la suma asignada para este año. Si ello ocurriera, sería una caída espectacular que podría ocasionar el decrecimiento de grandes dimensiones en las obras del Estado.
El Poder Legislativo tiene que estudiar con mucha dedicación el proyecto de Presupuesto para el 2022, a fin de no cometer errores que puedan perjudicar gravemente la vida del país. Debe realizar las correcciones necesarias para que la ley que se apruebe finalmente sea de utilidad para los requerimientos actuales.
La Nación necesita imperiosamente salir con la mayor rapidez de la emergencia en que se encuentra, y para ello la ley en estudio es de fundamental importancia. Por esta y otras razones el análisis del Presupuesto es de gran relevancia y requiere una fuerte dosis de patriotismo y de competencia profesional de parte de los legisladores de la Comisión Bicameral de Presupuesto.
El documento que comenzó a analizarse en el Palacio Legislativo debe concitar el interés de la ciudadanía, pues es la norma anual de mayor importancia para la Nación, ya que determinará el rumbo de la vida económica. Y de los aciertos que tengan los legisladores en su tratamiento dependerá la mejor suerte para la mayoría de los que habitamos este país.