Numerosas empresas de dife­rentes puntos del país siguen atravesando el problema de no poder movilizar normal­mente sus productos por las diferentes rutas nacionales para comercializarlos o para recibir insumos destinados a su producción debido al paro de los camio­neros. Aunque el cierre de los caminos no ha sido total, el hecho impide la libre circulación de vehículos y está ocasio­nando inconvenientes a gran cantidad de entidades que no están pudiendo tra­bajar con normalidad. Los perjuicios económicos van aumentando a medida que transcurren los días, y el Gobierno no toma las medidas para liberar el paso vehicular para que se normalice el paso.

Por ello exponentes de diversos gremios de la producción exigen que las autori­dades liberen los caminos del país en cumplimiento de las normas constitu­cionales, pues con su pasividad son cóm­plices de los huelguistas en la paraliza­ción de las vías de comunicación. Debido a los obstáculos de la medida de fuerza, muchas empresas están recurriendo a la protección de efectivos policiales para poder movilizarse con sus productos y no ser atacados ni sus cargas destruidas por los huelguistas.

Uno de los sectores afectados es el de los arroceros, porque las vías por las que envían sus productos de exporta­ción están con inconvenientes para el paso, sobre todo en la zona este del país. La semana pasada no pudieron llevar sus productos al Brasil por el bloqueo que recién se liberó a medias el viernes último. Los arroceros están preocupa­dos porque a ese inconveniente se suma el inicio de la campaña de siembra, que también puede verse afectada por la medida de fuerza. Con ello toda la cadena de arroz se encuentra en riesgo. El temor se debe a que la semana pasada los huel­guistas atacaron a dos camiones de arroz cuya carga fue echada por tierra y espar­cida por la ruta. Nuestro país exporta cerca del 80% de su producción arrocera, por lo que la alarma de los empresarios es fuerte y que temen no poder cumplir sus contratos de venta al exterior.

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Voceros de la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos señalaron que andar por la ruta no es seguro, pues, aun­que los camiones lecheros pueden pasar los retenes de los huelguistas con pro­tección policial, hubo lugares en que los huelguistas sembraron el camino de cla­vos miguelitos para dificultar el tránsito.

Directivos de la Cámara Paraguaya de la Construcción también se mostraron preocupados porque el sector se está viendo afectado pues los camiones con materiales no pueden moverse libre­mente. Uno de ellos señaló que exigen la libre circulación para garantizar la reac­tivación de las obras que se están viendo dificultadas por la huelga. La construc­ción es un sector clave para la recupe­ración económica del país. La Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) fue contundente. Uno de sus directivos señaló que el paro debe terminar, y las autoridades deben garantizar la libre circulación y el trabajo de la gente.

Se cumplieron dos semanas del inicio de las medidas de fuerza de los camione­ros que tomaron las rutas del país para exigir sus reclamos. Y hasta ahora el Gobierno aún no ha asumido las medi­das para liberar totalmente el paso, lo que deja una sensación de inestabilidad, sobre todo al sector productivo. Con el cierre del paso y las trabas a la libre cir­culación de vehículos los huelguistas han recibido el repudio de la ciudadanía. Deben liberarlo en todos los caminos, como corresponde a un país libre, y no secuestrar la libertad de la gente.

El Gobierno debe cumplir su tarea de garantizar las libertades públicas y poner en raya a los que desafían las leyes castigando a la ciudadanía con sus capri­chos. No se puede admitir bajo ninguna razón que la producción nacional, el trabajo de la gente que produce bienes y servicios se vean trastornados por medi­das que riñen con las normas legales sin que las autoridades intervengan como corresponde. Es suficiente ya el castigo propinado por los choferes en huelga a la ciudadanía para que también se sume el Gobierno a ese golpe con su connivencia.

Está a tiempo de rectificar su equivoca­ción y de garantizar el cumplimiento de las libertades públicas abriendo el paso de las rutas para todos.

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