Ayer se vivió en todo el país un día de elecciones internas par­tidarias que prometía ser dife­rente a las vividas años atrás. Por una parte, la pandemia, que en este momento azota con mucha dureza a nues­tro país, representaba un desafío impor­tante a tener en cuenta a la hora de acudir a depositar el voto. Por otro lado, la utili­zación de las máquinas de votación elec­trónicas por primera vez en unas eleccio­nes, aunque fueran internas, generaron dudas sobre la capacidad de los votantes para realizar el procedimiento evitando errores que pudieran desembocar en anu­laciones de gran cantidad de sufragios. También se vivía una jornada especial, ya que en el país, como en muchos otros, se festejaba el Día del Padre.

Indudablemente las elecciones internas partidarias se convirtieron en un desafío también para todos, desde los partidos políticos que debían dirimir quiénes los representarán en las elecciones muni­cipales futuras y especialmente para las instituciones involucradas en la organi­zación de las mismas, especialmente el Tribunal de Justicia Electoral que debía atravesar una prueba de fuego por el uso de la tecnología con las máquinas de vota­ción.

Esa inclusión de nueva tecnología había generado críticas y dudas desde dife­rentes sectores sobre su efectividad y, especialmente, sobre la capacidad de los votantes a la hora de emitir el sufragio.

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No podemos dejar de lado el tema del protocolo sanitario que debía cumplirse en los locales de votación y que se cum­plió en la mayoría de los sitios, aunque el estado de muchos locales escolares mos­tró un deterioro significativo que debe llamar la atención, de paso, a las autorida­des del área.

Si tuviéramos que hacer un balance, más allá de los resultados en cifras a favor de candidatos y partidos, podríamos decir que en general fue una jornada positiva, teniendo en cuenta que el uso de la tecno­logía demostró que no ocurrieron situa­ciones críticas que demandaron inter­venciones de las autoridades, más allá de pequeños problemas en sitios muy pun­tuales. También este sistema de votación electrónica permitió conocer con mayor celeridad los resultados preliminares y el conteo y registro de sufragios lo que ayuda a evitar las largas y tediosas espe­ras de resultados de otras elecciones y las sospechas y acusaciones mutuas.

El balance podría definirse como posi­tivo, aunque las internas partidarias no son una elección municipal gene­ral y mucho menos una puja electoral con miras a elegir presidente y vicepre­sidente, si son un test importante para determinar sobre todo el comporta­miento del electorado ante un cambio como el uso de la tecnología y la capaci­dad de las instituciones de dar respuestas a la ciudadanía.

Al finalizar la jornada, podemos decir que a pesar de pequeños momentos de crisis y problemas de baja intensidad en violencia, fue un día de elecciones vivido en forma pacífica y en el que reinó un ambiente de tolerancia y respeto mutuo, tanto entre candidatos que pugnaban por un cargo electivo como entre afiliados de distintos movimientos. Eso ya significa una victoria importante, en beneficio de la ciudadanía.

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