Está fuera de discusión que para luchar con éxito contra la pandemia la principal arma es en estos momentos la vacuna. Al margen de la cuestionable posición de los negacionistas, la única verdad universalmente aceptada es que las personas tienen que inmunizarse para evitar el mal.
Esto que es válido para cada individuo lo es aún más para el país, que en nuestro caso necesita asegurar no solamente la salud de la gente, sino el crecimiento económico que requiere seguridad sanitaria para el despegue. Por consiguiente, se convierte en una condición inexcusable para combatir el mal y en una necesidad imperiosa para emprender con éxito la recuperación.En la teoría, no se puede objetar la validez del razonamiento señalado. Pero se tropezará con uno de los principales problemas del momento, que el Gobierno tiene que solucionar por cualquier medio: no hay suficientes inmunizantes para hacer frente a la gran demanda de la población nacional. Y, en consecuencia, todas las campañas que se hagan para que la gente se inmunice terminan por ahora en la frustrante realidad de que no se tiene cómo responder a ese requerimiento.
Uno de los hechos impactantes de los últimos días es que apenas el Gobierno abrió la inscripción para que se vacunen personas más jóvenes, desde los 18 hasta los 49 años, la respuesta fue la arrolladora cantidad de inscriptos en pocas horas. De las 652.718 personas que se habían anotado para vacunarse en el portal establecido por el Gobierno a las 17:25 del domingo 13 de junio, la cantidad de registrados el lunes 14 a la noche había ascendido a 1.681.693, lo que indica que en tan solo 24 horas se inscribieron para inmunizarse 1.028.975 individuos. Hasta el lunes por la tarde ascendía a 1.353.245 el número de personas que se habían registrado en el portal Vacunate y que aún no habían recibido ni una dosis del inmunizante. Lo que quiere decir que el 18,4% de la población total del país que se había inscripto aún no había podido ser vacunada hasta la tarde del lunes 14.
La verdad es que gran cantidad de los registrados tampoco podrá hacerlo porque no hay suficientes dosis para hacer frente a la gran demanda. Tampoco se han establecido los plazos para que los nuevos inscriptos puedan recibir las dosis que les corresponden, pero lo llamativo es el gran interés demostrado por la población joven, que, por otro lado, es también víctima en grandes cantidades de la enfermedad.
Funcionarios de Salud Pública estiman que, con el correr de los días, la cantidad de personas que se inscriban para vacunarse seguirá creciendo, lo que es un claro indicador del interés de la mayoría de la población y un desafío cada vez mayor para las dependencias sanitarias.
El Gobierno hizo bien en llamar a inscribirse para la vacunación a las personas jóvenes, porque su tarea es preservar la salud de todos mediante la vacunación. El imprevisto llamado a los no ancianos mostró con toda su crueldad el drama que ahora hay que encarar, no hay suficiente cantidad de inmunizantes para hacer frente al interés de la gente por vacunarse. Porque está visto que la ciudadanía va adquiriendo conciencia de la necesidad de utilizar los medios que la ciencia pone a su disposición para evitar la pandemia. Con el interés por inmunizarse observado en los últimos días se va a conseguir la meta de proteger a cada vez mayor cantidad de personas, lo que ayudará a mejorar la interacción social y a darle mayor ritmo a la actividad económica.
Esto obliga al Gobierno a conseguir en el plazo más breve la mayor cantidad de vacunas para hacer frente a la demanda actual. En esa materia las autoridades han demostrado un problema de gestión que es inadmisible si se quiere proteger al país como corresponde.
Debe rectificar esa conducta e intensificar las gestiones a todos los niveles para que se atiendan los pedidos realizados en las compras acordadas con todos los recursos posibles para apurar la llegada de más dosis. Ante la emergencia no se puede admitir otra salida que no sea conseguir los inmunizantes por cualquier medio. No se puede esperar solo la caridad de los países amigos que hasta ahora donaron los antígenos.