Habiendo llegado a la mitad del año, las cifras de la economía indican que hay un repunte interesante en la actividad productiva agropecuaria, industrial y comercial. Los entendidos interpretan que esos datos señalan que este 2021 levantará cabeza el país por encima de los dos períodos anteriores en que tuvo nulo o negativo crecimiento. La recuperación vendrá muy bien, sobre todo porque la tragedia de la pandemia sanitaria está aumentando con lamentables resultados humanos y sociales.
El Banco Mundial dio a conocer los números de nuestra realidad y la de nuestros países vecinos que pronostican sorpresas agradables. En su último informe de junio, mantuvo su proyección de crecimiento de Paraguay en 3,5% para este año. Con el detalle de que prevé una recuperación económica del 40% para el 2022 y un alza del 3,8% en el 2023, lo que significa que nos esperan años con buen desarrollo relativo a pesar de las aperturas actuales.
El aumento del producto interno bruto (PIB) regional estima para este año en 5,2%, aunque en el 2022 disminuirá un 2,9%, y resalta que el PIB per cápita del 2022 en la región será 1,5% más bajo que el que se tenía en el 2019. Esto debido a las dificultades ocasionadas por la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales.
Pero lo más importante para Paraguay es que, según el organismo internacional, la economía de Brasil crecerá este año 4,5%, en tanto que la Argentina prevé un incremento del 6,4%. El buen desenvolvimiento de nuestros dos principales vecinos este año repercutirá, sin duda, favorablemente en el repunte que se aguarda para nuestro país. Sobre todo, porque nuestros dos vecinos mayores son nuestros principales socios comerciales. No hay que olvidar que a ellos les vendemos alrededor del 50% de nuestras exportaciones y de los dos compramos más del 30% de nuestras importaciones.
Algunos conocedores de la situación del país afirman que, aunque se mantiene un cierto grado de inseguridad sobre el futuro, hay indicadores, como las recaudaciones tributarias, por ejemplo, que dan esperanzas de que el incremento de la economía pueda llegar incluso hasta el 4%, como se había previsto inicialmente.
A propósito de las percepciones impositivas, el analista económico Pablo Herken ha publicado en nuestro diario que de enero a mayo de este año la recaudación de impuestos creció en 34% en relación con similar período del año pasado. Lo que cuantifica en dólares en 433 millones de esa moneda, que es una suma significativa para los magros ingresos del país. Y que tiene la importancia de indicar claramente que la economía está levantando cabeza.
Hay que reconocer que a pesar de los atisbos de recuperación que son innegables, hay sectores de la actividad económica y de la sociedad que se encuentran aún en condiciones dificultosas. Estas áreas requieren ayudas especiales de parte del Gobierno para poder recuperarse y mejorar su desempeño. Por lo que algunos economistas hablan de que hay que insistir en ayudar a la microeconomía donde la debilidad es grande.
A los buenos pronósticos hay que añadirles algunos elementos del panorama actual que indican una cuota de incertidumbre, sobre todo por el ataque despiadado de la pandemia y el escaso nivel de vacunación de la población paraguaya. Hasta comienzos de esta semana el porcentaje de habitantes del país completamente vacunados superaba apenas el 1% de la población nacional, ya que eran tan solo 79.673 individuos.
Si bien la producción ha tenido un mejor desempeño que antes de la pandemia con excelentes cifras, la situación sanitaria sigue siendo preocupante. Este hecho arroja un manto de duda sobre el desarrollo de las actividades económicas de aquí a fin de año. Por lo que se concluye que la vacunación de la gente es una condición imprescindible para que el Paraguay tenga un mejor desempeño económico y estabilidad social. En consecuencia, la principal tarea que debe encarar el Estado es conseguir la cantidad necesaria de inmunizantes y hacer que la gente se vacune masivamente. Si es necesario, haciendo incluso obligatorio el acto de protegerse para poder cuidar la salud propia y la de los demás.