Ha concluido el quinto mes del año, que tradicionalmente suele estar vestido con los colores de la bandera trico­lor por las celebraciones patrióticas y los recuerdos de la independencia política que llevó al Paraguay a ser un país sobe­rano. Por ello, en el sentimiento popular mayo siempre ha sido un mes de fiesta, de desfiles, de demostraciones de fervor nacional. Aunque en esta ocasión la des­gracia sanitaria le ha dado un color dife­rente.

El domingo último, nuestro país superó los 9.000 muertos por covid-19, pues al culminar la jornada se contabilizaron 9.083 personas fallecidas desde marzo del 2020. Con los números alcanzados el lunes culmina el mes que más falleci­dos ha producido en esta historia de un año y tres meses que se lleva padeciendo los rigores de esta pandemia. Por todo lo que se ha vivido en mayo debido a la severidad que ha alcanzado la enferme­dad, que ha sido mucho más dura que en meses anteriores, se puede afirmar que es el tiempo en que más ha sufrido la ciudadanía. Y por ello es también el que más lecciones nos enseñó a la sociedad paraguaya, no solo para soportar estoi­camente la tragedia, sino sobre todo para encarar la lucha contra la enfer­medad para poder salir finalmente de este infortunio. Porque el peso de tanta desgracia es un hecho que nunca se debe dejar pasar por alto, sobre todo para reaccionar con valentía a favor de la vida y la salud de la gente.

Mirando las cifras, se puede ver que en este mes que terminó se contagiaron la misma cantidad de personas que todos los que se enfermaron el año pasado en ocho meses, desde el comienzo de la pandemia, en marzo, hasta el 20 de noviembre último, con más de 75.000 nuevos casos. Y la suma de decesos del quinto mes de este año ha superado el número de muertos producido en todo el año pasado en 500 difuntos más de los registrados hasta el 31 de diciembre del 2020.

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Las cifras revelan que en mayo no solo se produjeron más casos y decesos que en gran parte del año pasado, sino que están muy por encima de las cifras regis­tradas en los otros meses del 2021. En todas las jornadas de mayo se contagia­ron tres veces más personas que en los 31 días de enero, y hasta el fin de ese mes murieron seis veces más personas que el promedio de decesos registrado en enero último.

En mayo fallecieron algo más de 2.700 enfermos, lo que da un promedio de 90 personas diarias. En tanto que el prome­dio de decesos por jornada en abril fue de 73. En marzo llegó a 33 fallecidos por día, mientras que en febrero fue de 17 y en enero, de 15 personas diarias.

Los registros de personas contagiadas en el mes también han sido muy eleva­dos. De los 25.285 casos alcanzados en enero, se pasó a 26.247 contagiados en febrero. En tanto que en marzo trepó al doble de enero, llegando a 55.193 casos, mientras que en abril ascendió a 64.410 nuevos contagios. En mayo se superaron los 75.000 nuevos contagiados, lo que representa un incremento del 196,5% frente a las cifras alcanzadas en enero último.

De acuerdo con las previsiones de los especialistas de Salud Pública, no se espera que en junio disminuyan los casos y los decesos, teniendo en cuenta que no hay elementos que pudieran apuntar a la declinación de las cifras.

Hasta ahora se ha vacunado con una dosis a 315.000 personas, el 4,2% de habitantes del país, un porcentaje muy bajo si se quiere garantizar realmente la inmunidad de la población nacional.

Esta realidad hace más urgente la nece­sidad de asegurar una buena campaña de inmunización para la mayor canti­dad de personas. Por eso el Gobierno tiene que mejorar el sistema de vacuna­ción no solo con una mejor organización, sino también con más vacunas y mayor información para sensibilizar a la gente renuente. Tal vez sería oportuno esta­blecer la obligatoriedad de la inmuni­zación para los grupos de mayor riesgo, a fin de garantizar la protección de los más vulnerables y la seguridad de las personas que los rodean.

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