La argumentación expresada por el diputado Raúl Latorre respecto a la perjudicial actuación de la Essap, al omitir la reparación de sus filtraciones y consecuentemente propiciar la aparición de baches en Asuncion, bien se merece una investigación mucho más seria sobre la responsabilidad institucional y jurídica de tales autoridades. Hay que subrayar que un problema en la capa asfáltica no es solo un asunto estético, sino fundamentalmente un riesgo para la vida de las personas y el funcionamiento de los autovehículos.
Esta sombra de la Essap sobre la tarea del municipio no se trata de una práctica nueva. Se recordará que incluso antes de las elecciones municipales del 2015 habían amenazado a Mario Ferreiro que, de asumir la intendencia, no contaría con la colaboración de la institución en un inconcebible “apriete” electoral sin disimulo.
La ausencia de disimulo se ve de nuevo en este momento en el que un altísimo porcentaje de calles con baches se corresponden a obras de mantenimiento no ejercidas por la Essap. El detalle que es guinda de la torta en este caso es que un alto miembro de la directiva de la Essap es al mismo tiempo operador central de la campaña política oficialista que se opone a la postulación del actual intendente. Todo lo demás es muy fácil de suponer: la Essap no repara las calles con filtraciones subterráneas porque ello genera baches, que al mismo tiempo deslucen la función del actual administrador municipal.
Esta hipótesis de boicot directo contra el municipio de Asunción y la gestión del intendente por parte de la Essap es un asunto que debe ser investigado sin demoras. Se impone que se haga un inventario de las obras “no realizadas” por la Essap con el único objetivo de perjudicar a “Nenecho” Rodríguez en su tarea como jefe municipal. No se trata de un problema menor. De comprobarse configuraría una situación de negligencia rayana en la criminalidad por los factores citados que ponen en riesgo a las personas y sus bienes. De comprobarse que se trata de una omisión voluntaria de tareas, no debería dudarse en hacer operar a todas las instituciones que deben velar por el cumplimiento de la tarea pública como la Contraloría e incluso el Ministerio Público una vez que se determinen situaciones vinculadas al sospechado sabotaje.
Debe cesar ya de una vez también la deplorable función de esta ineficiente institución estatal al tomar parte directa de las elecciones municipales en Asunción perjudicando a unos en supuesto beneficio de otros. Lo que la Essap debe hacer es salvar algo de su casi inexistente prestigio como institución de servicio público y poner manos a la obra ejecutando acciones que la ciudadanía reclama a los cielos: buen mantenimiento de las cañerías que se han convertido en las fábricas de baches de Asunción y servicio ininterrumpido de agua que evite que los ciudadanos deban atravesar veranos de terror por falta del vital líquido.
La Essap debe renunciar a su interferencia en las campañas políticas por medio del sabotaje tal como se denuncia, porque no está perjudicando al intendente, sino a los ciudadanos que merecen una Asunción con buenas calles. Es vergonzoso que una institución que tiene que servir a los usuarios haga exactamente lo contrario solo por simpatizar con la campaña del candidato a intendente del presidente de la República: es inmoral e ilegal.