Las previsiones de crecimiento económico para el primer semestre del 2021, que fueron anunciadas por las autoridades encargadas del manejo económico, tenían como base la buena gestión para importar la vacuna, y en general por la mejora de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus SARS-CoV-2. El fracaso de esos dos factores no permite vislumbrar que para este semestre se pueda compensar la caída del 2020, seguiremos atados a fuertes incertidumbres por el acceso desigual a las vacunas y al proceso de vacunación, por el poco control a los violadores de los protocolos sanitarios, así como por la falta de conciencia ciudadana para protegerse y cuidar la vida de los demás.
La incertidumbre en otros países de la región tiende a reducirse porque los factores de control y vacunación están fortalecidos. Acá esta incertidumbre se ve exacerbada por la fallida gestión de la crisis sanitaria y no cambiaría en el mediano plazo. De hecho, varios economistas locales prevén que durante este 2021 y el próximo año será muy difícil de determinar la situación, más todavía si los factores de control, vacunas y vacunación continúan endebles.
Este 2021 debió ser el año del rebote en el sistema económico y de una recuperación equivalente al 4%, pero el contexto negativo en el que nos desenvolvemos pone en duda toda esa proyección, ante los reiterados tropiezos para combatir al virus que provoca la enfermedad del covid-19.
La persistencia de la pandemia y la fragilidad del proceso de recuperación económica requerirán la extensión de medidas fiscales para mitigar los efectos sociales y productivos durante el 2021. Por lo que se espera un lento crecimiento de nuestra economía para los próximos años que hará difícil recuperar el empleo, remontar la informalidad y revertir el aumento de la pobreza y pobreza extrema, que juntas alcanzarían al 30% de la población al cierre de este año fiscal.
Desde el Equipo Económico Nacional se percibe un silencio casi sepulcral, una carencia de iniciativas, una ausencia de debate sobre los grandes temas, como el de la pobreza, que tiene nuevas características, puesto que los “nuevos pobres” estarán en zonas urbanas. El mayor impacto lo están absorbiendo las mujeres que sufrirán una década de retroceso en su participación laboral, el Gobierno debería trabajar en potenciar proyectos innovadores que mejoren las fuentes de ingreso destinado al cierre de brechas de género.
Es fundamental que desde el Ejecutivo se garantice el ingreso laboral digno antes que enfatizar en la beneficencia de las transferencias monetarias. Es urgente apoyar el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas, ellas son las que generan la mayor mano de obra en el país.
La situación de una mejora económica de acá en adelante depende en gran medida de la campaña de vacunación contra el covid-19. En estos cuatro meses del 2021, el factor de la inmunización se convirtió en otro de los grandes fracasos del Gobierno y sin vacunas se retrasa el retorno del Paraguay a la normalidad.