La posibilidad de que el impacto del coronavirus afecte con dureza no solo a la salud, sino a las actividades de diversos sectores de la sociedad se está viendo ya en algunos indicadores que hablan de la pérdida de confianza. Por eso, algunos analistas sostienen que, de no enfrentarse la situación con sabiduría, buscando la contención del mal sin parar las actividades económicas y dando la libertad necesaria a los actores productivos, no hay garantías de recuperación.
El temor es que, a pesar del buen desenvolvimiento de algunas áreas de la producción y el comercio en los primeros tres meses del año, eso se pueda ver cercenado por disposiciones inadecuadas que afecten negativamente la libertad de trabajar y producir.
La fuerte expansión de la pandemia en los últimos meses, con los golpes ocasionados, ha dejado sus secuelas sanitarias y sociales. Si a eso se le suman la debilidad de ciertos sectores y algunas decisiones cuestionables del Estado es explicable que la confianza del ciudadano promedio de nuestro país haya declinado en marzo. Pues la confianza del consumidor paraguayo, que en febrero había llegado a un buen nivel, disminuyó abruptamente en marzo. Y se ubicó en cifras inferiores a las de meses anteriores y solo por encima del índice alcanzado en octubre del 2020.
Eso es lo que dicen las encuestas realizadas por dependencias del Banco Central del Paraguay (BCP) en el último Índice de Confianza del Consumidor (ICC) del tercer mes de este año. A muchos les llamó la atención la caída, pues la confiabilidad venía aumentando paulatinamente desde noviembre a medida que las señales económicas iban mejorando. En marzo el índice de confianza bajó a 46 del 51,3 que había alcanzado en febrero y se ubicó en el área de contracción.
Los técnicos de la banca matriz explicaron que el descenso de la credibilidad se debe a que los componentes del ICC, como el índice de Situación Económica (ISE) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE) registraron valores inferiores a los de meses anteriores. La compulsa indica que también disminuyó la predisposición de los agentes económicos para hacer compras de electrodomésticos, casas, autos y motos. Además de los subíndices de confianza personal y del hogar, que también se redujeron. Aunque el porcentaje de personas que creen que pueden ahorrar se mantuvo igual que en febrero.
El Índice de Confianza del Consumidor del BCP incluye el ISE, que revela las valoraciones de los encuestados sobre la situación económica actual de la persona, del hogar y del país, comparado con un año atrás. El IEE indica las expectativas sobre el panorama económico esperado de la persona, del hogar y del país mirando hacia un año para adelante. El ICC es una encuesta que realiza la banca matriz con personas mayores de 18 años, una por cada hogar, para conocer su situación actual y sus expectativas futuras.
Voceros del Banco Central indicaron que el descenso del índice de confianza de la gente en marzo tiene que ver con el alto número de contagios de covid-19 que se produjo en el mes y a la aplicación de las trabas a la circulación de personas decretadas para disminuir la transmisión de la enfermedad. Dijeron que se espera que en los próximos meses se observe una mayor dinámica en la actividad económica. Eso podría ocurrir a condición de que no vuelvan las cuarentenas y se permita la actividad normal de personas, como en las últimas dos semanas posteriores a la Semana Santa.
La encuesta de la banca matriz revela con claridad el sentimiento y las expectativas predominantes en un amplio sector de la ciudadanía. Hay que reconocer que a raíz de los acontecimientos recientes está cayendo el optimismo de la gente. Y no se sabe si aún no empeorará teniendo en cuenta los sucesos más cercanos.
El aumento de la desconfianza es también un golpe para el Gobierno, ya que demuestra el descontento ciudadano con la situación nacional. La gente necesita más seguridad de sus autoridades.
Por eso ya no se puede equivocar ni vacilar en sus actos, sino que debe tomar las decisiones acertadas y emprender las acciones con responsabilidad y valentía.
La suerte del país y de su gente en gran medida está en sus manos.