Hasta el día 28, marzo ha sido el mes más fatídico de todo el año que llevamos con la pandemia a cuestas, tanto por la cantidad de fallecidos, como por el número de personas contagiadas con covid-19. Y entre el 21 y el 28 de marzo se ha vivido la peor semana en que la pan­demia ha castigado sin piedad a nuestro país. Las cifras dadas a conocer por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social llaman la atención por el fuerte incremento de la epidemia en las últi­mas semanas.

Desde el 1 al 28 de marzo se han conta­bilizado 49.181 nuevos casos de covid-19 en el país, cifra que comparada con las registradas en los 28 días de febrero son alarmantes, pues el mes pasado hubo 26.247 contagiados. Significa que en las 28 jornadas de este mes se produjo un aumento de 22.934 casos, es decir, un incremento del 87,38%. En febrero, el promedio de contagiados por día era de 937 (937,3) personas y en lo que va de este mes es de 1.756 (1.756,4). Esto quiere decir que en marzo se han con­tagiado 819 personas más por día que el mes anterior.

La progresión en la cantidad de falleci­dos durante marzo es más alta, pues cre­ció en 90,4%. Mientras el promedio dia­rio de muertos en febrero era de 17 (16,5) individuos, en este mes ascendió a 32 (31,5) fallecidos por jornada.

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Como muestra de la situación que se vive, las cifras de internados por covid son elocuentes. El 28 de febrero, la can­tidad de pacientes que estaban recluidos en los centros médicos del país por dicha enfermedad era de 973, de quienes 257 estaban en unidades de terapia inten­siva (UTI). Un mes después, el número de enfermos ingresados a los hospitales era de 2.192, es decir, un 182% de incre­mento. En terapia intensiva había 407, frente a los 257 del último día de febrero.

Pero es en la última semana transcu­rrida cuando los números fueron pro­porcionalmente más altos. Del 21 al 28 de marzo, los fallecidos alcanzaron a 333, que da un promedio de 48 dece­sos por jornada, frente a 32 muertes que es la media cotidiana del mes y a los 17 decesos por día de febrero. El prome­dio diario de muertos de esta última semana representa un aumento de 182% sobre la media mensual de febrero, pues últimamente mueren casi tres veces más personas que las que fallecían coti­dianamente en febrero.

El alza de contagios del 21 al 28 de marzo también fue elevada, pues en 7 días se registraron 14.533 casos, lo que da un promedio de 2.076 nuevos enfer­mos por día, es decir, una suba del 18% sobre la media diaria del mes.

Debido a la creciente cifra de casos, cada día que pasa muchos esperan los informes del Ministerio de Salud con el Jesús en la boca, porque los números van subiendo rápidamente y dan la sen­sación de que estamos menos protegi­dos que antes. Es que los datos no son fríos números matemáticos, como los de una operación aritmética. Son perso­nas humanas, con padres, madres, hijos, hermanos y seres queridos que sufren la angustia de poder hacer muy poco por un enfermo y que solo atinan a llo­rar cuando se van. Y la muerte, cuando golpea de cerca, no es una simple noticia sino un mazazo certero que golpea en lo más doloroso del sentimiento.

Estamos viendo que en las nuevas jorna­das van apareciendo personas conocidas que se ven afectadas, incluso familiares cercanos que son tocados con impiedad.

Por eso, a medida que pasan los días, esta situación ya no aparece como algo lejano, que impacta solo en otros. Se convierte ya en una realidad que nos va envolviendo peligrosamente como lo que es, un monstruo silencioso que va abarcando cada vez más espacios y tomando con sus garras a mayor canti­dad de seres.

Por eso no basta con llorar a los muer­tos ni lamentarse por la desgracia de otros. Es hora de enjugar las lágrimas y que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad y salga a defenderse y a proteger a los demás peleando en la lucha común contra ese engendro de la muerte.

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