La recuperación de la economía durante este año en 4% del producto interno bruto (PIB) es el pronóstico que ha hecho para el 2021 el Banco Central del Paraguay (BCP). Ese es el porcentaje de crecimiento previsto teniendo en cuenta los diversos elementos que intervienen en la actividad económica. El pronóstico es similar a las previsiones realizadas por organismos internacionales y entidades consultoras del sector privado.
Pero, a raíz de la última crisis política y las consecuencias de la pandemia en la vida nacional, hay dudas de que se pueda alcanzar ese objetivo. Terminando el primer trimestre del año, no se vislumbran señales muy evidentes del mejoramiento sustantivo de los diversos sectores de la actividad económica, sobre todo por los efectos de la pandemia en la vida económica.
Según el informe del Comité de Política Monetaria (CPM) de la banca matriz conocido recientemente, la agudización de la crisis sanitaria y sus consecuencias en otras áreas de la vida nacional están generando incertidumbre en la recuperación de algunos sectores, sobre todo en los que tienen que ver con servicios que requieren la interacción social para el desarrollo de sus actividades. El panorama ya no sería de crecimiento fuerte, sino de uno más debilitado en medio de un clima especial.
Aunque se tienen buenas perspectivas para el sector agrícola, sobre todo en materia de precios, y se estima que la mejor situación de nuestros socios comerciales tendrá influencia positiva en el movimiento local.
El documento oficial de la entidad financiera agrega un haz de optimismo destacando que los avances en el proceso de inmunización de la población ayudarían a mejorar las expectativas de los hacedores de la actividad económica para los próximos meses. Sin embargo, de hecho no se ha iniciado aún oficialmente la campaña de vacunación debido al retraso de la llegada de las vacunas que se destinarán a la población.
Por el cuidado que requiere la delicada situación del momento, el CPM decidió mantener la tasa de interés de política monetaria a un bajo nivel, 0,75%, para que el país pueda enfrentar la contingencia con mejores armas financieras.
La percepción del organismo monetario estatal de la delicada situación de estos momentos es importante. Porque por primera vez una voz vinculada al Gobierno está admitiendo que el peligro está cerca a causa de la incertidumbre que se está viviendo en la actualidad. Como no se trata de un organismo político, sino de orden financiero, que trabaja con las variables económicas del mercado, está acostumbrado a sopesar los elementos de la realidad con la sinceridad que requiere el nivel de sus análisis.
Es la primera entidad económica, estatal o privada, que habla de lo que nos espera por la inestabilidad que ya se ha instalado. Y por ello tiene el peso suficiente para que se lo tenga en cuenta a la hora de evaluar la situación.
El país está viviendo un estado de emergencia delicada. Principalmente por la dura situación de los contagios de la pandemia, que ha puesto en zozobra el sistema sanitario. Y las repercusiones que tiene en la actividad económica con sus ramificaciones en lo político y en lo social.
Es hora de analizar fríamente la realidad y emprender con más fuerza la reactivación teniendo en cuenta el panorama incierto que se ha instalado. Cada nueva situación que se presenta en la vida de los pueblos requiere una respuesta adecuada para salir adelante. Esta es la que se tiene ahora y a la que hay que enfrentar.
Las autoridades nacionales deben reconocer la realidad y ponerse a elaborar un programa de consenso con el sector privado para llevar adelante el proyecto de país que quiere el Paraguay. Debido a la circunstancia que se vive por la crisis sanitaria y la incertidumbre que se cierne, no hay otra alternativa que unirse en busca de posturas comunes que ayuden a salvar los problemas más acuciantes encarando con prontitud la reactivación de la economía.
Hay que examinar el estado en que está el país en estos momentos y actuar con la valentía que requiere la circunstancia para recuperarlo. Todos los sectores deben reconocer el diagnóstico del mal que lo aqueja y sin más tardanza trabajar juntos para apurar la solución.