El Decreto N° 5.025 que restringe el horario de movimiento de personas hasta las 20:00 comienza a regir este jueves 18 en las 24 ciudades del país con alerta roja sanitaria. Aunque el Gobierno ya hizo una modificación a favor de los restaurantes y otros negocios que podrán atender hasta la medianoche, la medida fue criticada por un amplio sector empresarial afectado por sus posibles efectos negativos. Tiene numerosas disposiciones que son discutibles por su oportunidad y su utilidad.
En las 24 localidades la gente solo podrá desplazarse en la vía pública de 5:00 a 20:00. Aparte del accionar de fuerzas militares y policiales autoriza la realización de servicios en las oficinas públicas, medios de comunicación social, comercios esenciales, como supermercados, despensas y farmacias. No incluye en forma explícita a los shoppings ni a las tiendas y negocios de ropas, ferreterías y demás. Se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas de 20:00 a 5:00, y no exceptúa de esta prohibición en forma expresa a restaurantes y bares que estén operando.
Si bien autoriza la apertura de los negocios ya mencionados, el decreto no permite el desplazamiento de personas después de las 20:00, lo que quiere decir que nadie podrá irse a un supermercado, farmacia o local habilitado después de esa hora. En consecuencia, luego de las 20:00 nadie podrá acercarse a ellos a menos que burle la prohibición. Se ha explicado que si alguien ha estado después de las 20:00 en esos locales debe llevar como constancia la factura de su compra o consumición para justificar su presencia callejera. ¿Pero cómo podrá llegar a esos lugares después de las 20:00 si está vedado el desplazamiento?
Por eso algunos aseguran que será un fuerte golpe al sector comercial afectado y que incidirá en la disminución de los empleos ya que impedirá trabajar el tiempo necesario a muchas empresas que atienden hasta entrada la noche. Otros critican la disposición gubernamental porque hará que disminuya el consumo, pues incluso afectará a los grandes centros de compras que apenas se están recuperando. Hay gente que duda de la efectividad de la prohibición, pues circular en horas de la noche no es peligroso en sí mismo en materia de salud, sino que se lo haga sin cumplir las disposiciones de cuidados sanitarios. Y que en todo caso lo que hay que hacer es controlar a la gente para que cumpla las normas y evitar las aglomeraciones en cualquier momento, sea de noche o en cualquier hora.
Algunos gremios empresariales califican de confusas las disposiciones del mencionado decreto para enfrentar la crisis sanitaria porque tienen efectos negativos para la actividad económica. Uno de los voceros de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) señaló que las medidas pueden afectar a la demanda, la oferta, el consumo y el empleo, porque hay una comunicación confusa de parte del Gobierno, “y eso tiene un costo económico enorme para las empresas porque se paraliza todo al no tener las reglas claras y no saber qué hacer. La incertidumbre es uno de los principales problemas que tenemos”, aseveró Rubén Ramírez, directivo de la CAP.
Lo preocupante de las limitaciones de horario es la inestabilidad que podrían ocasionar, pues pueden impedir muchas actividades lícitas que son necesarias para poder recuperar los sectores económicos que han sido más golpeados durante la gran cuarentena del año pasado. Y, especialmente, sus repercusiones sociales y económicas en un momento muy sensible de la vida del país.
El Ejecutivo debe acordar con el sector privado las principales medidas necesarias buscando un consenso. Que modifique los puntos más objetados, como la prohibición de circular después de las 20:00, límite que se podría llevar hasta varias horas más.
Más que las restricciones horarias y otras medidas de dudosa efectividad, en lo que se debe insistir es en obligar a la gente a que no se aglomere, que se cuide usando barbijos, lavándose las manos y guardando el distanciamiento necesario. Para ello se requiere un férreo control con las fuerzas públicas para que se dé cumplimiento estricto a esas y otras disposiciones destinadas al cuidado de la salud.
Las limitaciones rígidas de circulación no garantizan mayormente nada y hay que regularlas para ayudar no solo a la salud sino a avivar la economía de la gente.