En medio de la crisis sanitaria ocasionada por el covid-19 y la intranquilidad política por los pedidos de juicio político al presidente de la República, se conocen ahora los aumentos salariales al personal de la Cámara de Senadores. La noticia no es nueva, pero al implementarse en un año muy sensible la convierte en un escándalo político difícil de soportar. Porque se da en momentos en que miles de familias paraguayas pasan muy mal al no conseguir medicamentos para sus enfermos, por deficiencias del Estado, quienes deben ver morir a su gente en medio de la impotencia. Por eso este incremento salarial no es solo un hecho cruel y deshonesto sino también inmoral.
Las alzas salariales se decidieron contra todas las normas establecidas en la Ley de la Función Pública, que establece pasos administrativos que se deben dar necesariamente para cualquier aumento. El Senado se fue contra una ley administrativa del Estado Paraguayo con un simple artículo en la ley de presupuesto. Puede ser que legalmente sea admisible con ese recurso mencionado, pero el hecho en sí, el hacer tabla rasa de una disposición que busca ordenar la estructura legal del Estado, es censurable y digno de todo tipo de reproche.
Para conceder esos aumentos cuestionados el Senado infló el presupuesto de la nación para el año 2021 en 13.000 millones de guaraníes, con el consentimiento del presidente de la corporación, Óscar Salomón. El alza, que no alcanzó a los funcionarios de la Cámara de Diputados, contempla también la suba de gastos de representación que reciben los empleados del Senado.
El “aumentazo” no cayó bien en el Gobierno porque va a contramano de los propósitos de reforma del Estado, que pretende fundamentalmente achicar los gastos de la estructura gubernamental. Lo más lamentable es que el Senado excluyó a su personal de las disposiciones expresas de la Ley de la Función Pública cuando lo esperable era que diera el ejemplo de cumplir con una norma de esa envergadura que afecta a todos los empleados del Estado. Como dijo un alto funcionario de Hacienda, esto representa un retroceso en la política de contención de los gastos rígidos en la que están embarcados actualmente los organismos públicos.
Teniendo en cuenta la política de austeridad que lleva adelante la administración estatal, las únicas entidades que pueden recibir aumentos de acuerdo con el presupuesto estatal de este año son el Hospital Nacional de Itauguá y el Hospital de Trauma, pero las alzas se harán siguiendo las disposiciones de la Ley de la Función Pública.
El senador Pedro Santacruz señaló que el país está pasando un momento muy difícil y que las autoridades nacionales tendrían que practicar la austeridad de gastos. “Hay mucha gente sin medicamentos recorriendo el interior del país, y en los hospitales uno puede ver que mucha gente está sin medicamentos”, comentó el legislador. La suba que se concedió al personal de la Cámara Alta es inaceptable desde todo punto de vista y tendría que ser suprimida para resarcir al país de ese golpe y dar un ejemplo de cordura en este momento.
En ese sentido, el líder de la bancada de Honor Colorado en la Cámara de Diputados, Basilio Núñez, anunció que presentará un proyecto de ley que deje sin efecto la disposición del aumento en la Cámara Alta. La iniciativa será acompañada por la diputada Rocío Vallejo de la bancada del Partido Patria Querida (PPQ). Indicó Núñez que con el dinero que se obtenga de la derogación de los aumentos se propondrá la compra de vacunas y medicamentos para el personal de salud que está en los hospitales y para los docentes.
La iniciativa del diputado Núñez tiene que ser aprobada primero en la Cámara de Diputados y luego debe pasar al Senado donde no se sabe qué destino tendrá. Es probable que por tratarse de un hecho escandaloso por el momento que se vive, la mayoría de la Cámara Alta le dé su visto bueno. El incremento a los funcionarios del Senado no se puede admitir y debe ser dejado sin efecto por razones políticas, económicas y humanitarias. El Congreso debe rever esa disposición para ponerse a tono con el momento que vive el país.