Comenzó la vacunación con­tra el covid-19 en el Paraguay, proceso que debería asegurar la inmunidad de la mayor can­tidad posible de personas contra la pan­demia que nos azota. Su importancia es tan relevante que conocidos analistas afirman que la inmunización de la pobla­ción nacional es clave para que se pueda asegurar la reactivación de la economía. Considerando esta aseveración, como nunca antes una vacuna adquiere un valor tan significativo para el país.

Pero está aún pendiente garantizar la cantidad necesaria que se requiere para cubrir todo el espectro de la población más expuesta. Esa es una de las principales tareas que tienen ahora las autoridades en medio de un mundo en que los países más poderosos acaparan las partidas de la medi­cación inmunizadora. Por ello debe multi­plicar sus gestiones y presionar a las empre­sas proveedoras para conseguir mayor cantidad de dosis para los paraguayos.

En un acto transmitido en directo por los medios de comunicación, el ministro de Salud aplicó ayer de mañana la primera dosis de vacuna contra el covid-19 a una enfermera de cuidados intensivos del Hos­pital Nacional de Itauguá. Al mismo tiempo, en otros puntos del país se realizaba la misma operación con otras tantas personas que están en primera línea de combate con­tra la enfermedad en los centros de salud. El acto tiene su importancia simbólica y una indiscutible trascendencia propagan­dística para el Gobierno, porque a pesar de los presagios negativos que hablaban de que la vacunación comenzaría en junio, se ha logrado avanzar varios meses. Aunque resta mucho aún para asegurar que este inicio continuará con normalidad porque hasta ahora se tienen dosis para inmunizar solo a 2.000 individuos.

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Este proceso empieza en un momento en que se ha producido un alza en el número de contagios de la enfermedad.

Los registros oficiales indican que desde el 15 hasta el 21 de febrero ha habido un aumento del 42% en el promedio cotidiano de contagios con relación a casos registra­dos entre el 1 y el 14 de este mes. En los pri­meros catorce días de febrero hubo una media diaria de 772 casos, en tanto que entre el 15 y el 21 de febrero el promedio fue de 1.097 contagiados por día, es decir 325 más de nuevos enfermos por jornada.

Los puntos altos comenzaron el 15 de febrero, con 1.053 casos, frente a los 599 del día anterior. El pico máximo se dio el 18 de febrero, con 1.369 nuevos contagios, una de las cifras más altas consignadas en una sola jornada. Le siguen muy de cerca los 1.121 casos del día 16. Las cifras de muertes dia­rias se mantienen estables, con un prome­dio de 16 fallecidos por jornada en las pri­meras tres semanas de este mes.

Al 21 de febrero, la cantidad de contagia­dos alcanzó 151.718, en tanto que el número de fallecidos trepó a 3.065 personas, lo que da un promedio de 2,0% de decesos sobre el total de individuos infectados. Se estima que para el 20 de marzo venidero, cuando se cumpla un año del primer fallecimiento por covid-19 en el país, se tendrían alrededor de 3.400 decesos y 170.000 contagiados.

La alta progresión de la enfermedad hace que la inmunización sea una condición indispensable para avanzar en la actividad económica porque sería la única barrera segura para impedir la anormalidad. Así lo entendió el ex presidente del Banco Cen­tral del Paraguay (BCP) Carlos Fernández Valdovinos, quien sintetizó en una frase la importancia de la medida sanitaria cuando dijo que la vacuna será la mejor medida para la reactivación económica de este año. En términos parecidos se expresó el asesor de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Rubén Ramírez, quien indicó que si no se logra la inmunización, no se puede hablar de reactivación económica, pues las disposiciones restrictivas podrían ser más duras ante la incapacidad de asegurar medidas sanitarias eficientes para la pobla­ción. Estimó que si no se puede prever la seguridad sanitaria, podría demorarse la llegada de inversiones extranjeras.

Tanto por la buena salud de la ciudadanía como para propiciar la reactivación eco­nómica, es fundamental dar suficientes garantías a la situación sanitaria. Por ello es imprescindible asegurar la inmunización de la mayor cantidad de individuos.

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