Para los exponentes del Gobierno, la actividad económica del país ya está casi totalmente recuperada, y está muy próxima a los niveles que tenía antes del inicio de la pandemia. Los buenos vientos que soplaron en los últimos meses del 2020 a pesar de los efectos de la pandemia permitieron ir recuperando levemente diversos sectores que tuvieron un buen dinamismo, aunque varias áreas siguen estancadas aún. Los primeros números que se conocen de enero son mixtos, pues, así como se ha dado el crecimiento en algunas actividades, en otras se han registrado números negativos, lo que no hace que el resultado sea uniforme. Si bien las perspectivas de la soja y el ganado son excelentes, sobre todo por la buena cotización del grano, vivimos aún bajo la acechanza de la pandemia que continúa firme. A lo que se añade la expectativa por la llegada de la vacuna contra el covid-19 que está rodeada por cierta dosis de incertidumbre, ya que no se tenía aún certeza de cuándo llegarían las primeras partidas y si la cantidad sería suficiente para iniciar una campaña de vacunación masiva. Por de pronto, Paraguay es uno de los cuatro países de la región que todavía no han comenzado a inmunizar a su gente contra la pandemia.
En un balance de la situación económica, el ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central del Paraguay dijeron que la economía está casi totalmente recuperada. Que debido a ello se ha ubicado en el 98,3% del nivel que tenía antes de la emergencia ocasionada por la enfermedad. Lo que quiere decir que a pesar del mal año ya estamos por alcanzar la normalidad.
En la presentación, ambos funcionarios dieron algunos datos sobre el desempeño de la economía. Como, por ejemplo, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imaep) y el Estimador de Cifra de Negocios (ECN). El Imaep acumulado a diciembre pasado indica un registro de -0,5%, en tanto que el ECN fue de -0,8%, que están por debajo del índice de contracción del producto interno bruto (PIB) del -1% estimado por la banca matriz. Lo que quiere decir que cayeron menos de lo que se estima que declinó la economía en general, y que, igual que otras cifras, indican que hubo un fuerte movimiento a pesar de la emergencia. Resaltaron que los números muestran que la economía paraguaya tiene fortaleza y que el año pasado se terminó con dinamismo y buena salud macroeconómica. Recalcaron que el crecimiento para este año sería del 4%, sobre todo debido al comportamiento del sector agrícola.
Otro dato interesante es el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de enero, que tuvo un leve aumento con respecto al del mes anterior al ubicarse en 49,2 frente al 48,8 de diciembre pasado. También el Índice de Situación Económica (ISE) subió del 25,8 de diciembre a 29,9 en enero. El porcentaje de encuestados que dice poder ahorrar aumentó, pues llegó al 21,8% en enero, luego de haber estado en 18,8% en diciembre.
Todos estos datos positivos de la situación económica tienen su contraparte en la realidad sanitaria. El avance del covid-19, con todo lo que ello implica, pone una cuota de incertidumbre en este panorama, pues sigue aumentando el número de casos, con la cantidad de decesos que está próxima a los 3.000 fallecidos. Y no está claro cómo puede ir evolucionando en los próximos meses.
Por eso es vital el inicio de la vacunación, que en esta segunda quincena de febrero tiene que definirse en los hechos. Ya están trazados los protocolos, están abiertas las inscripciones para los interesados en inmunizarse y asignados los lugares de vacunación. Pero falta lo más importante, las vacunas. Cuya llegada se aguarda sea pronto y en la cantidad suficiente para iniciar el proceso vacunatorio que comenzará con el personal médico y luego con los grupos de mayor riesgo.
Como ya dijo el ex presidente del BCP, Carlos Fernández Valdovinos, para poder mejorar la economía y superar los niveles en que se encuentra actualmente, es crucial la vacunación contra la pandemia para poder garantizar el futuro. Y justamente ese tema es todavía el más incierto en este momento en nuestro país.