En noviembre continuó la caída de la economía, como estaba pre­visto, y en diciembre probable­mente haya proseguido la ten­dencia negativa. Pero hay fuertes señales de que las cifras irán mejorando, sobre todo teniendo en cuenta el desempeño de la pro­ducción agrícola y el mejoramiento de los índices de consumo y de la comercialización. A pesar de haber sido un mal año en la salud, en la economía y en lo social, en el 2020 numerosas empresas extranjeras radicaron inversiones en nuestro país por más de 1.000 millones de dólares, generando buena can­tidad de fuentes de trabajo. Aunque el valor total de las exportaciones tuvo una impor­tante caída, al mismo tiempo Paraguay ini­ció la facturación de otros nuevos 10 produc­tos manufacturados con la que comienza un auspicioso camino de exportar bienes indus­trializados y ya no solo productos sin valor agregado. Los buenos precios alcanzados en el mercado internacional por nuestro prin­cipal producto de exportación, la soja, hacen pensar que este año podría ingresar una mayor cantidad de divisas, como ha ocurrido en los mejores tiempos de la economía. De ese modo se podría compensar un tanto los malos desempeños que se han tenido en los últimos años y revertir la situación del 2019 y el 2020 en que no se ha tenido crecimiento.

Los informes del Banco Central del Para­guay (BCP) señalan que el Indicador Men­sual de Actividad Económica (Imaep) de noviembre tuvo una caída interanual del 0,6% y que el desempeño negativo de enero hasta noviembre fue del 0,7%, que se acerca al -1,0% que ha previsto para el 2020. En el comportamiento negativo interanual influ­yeron el mal rendimiento de los servicios y la menor producción de energía eléctrica. Pero, en contraparte, los desempeños positivos de la construcción, la ganadería y algunas manufacturas lograron que el comporta­miento global no fuera tan malo.

En los once meses del año estudiados, los servicios que registraron notas negati­vas en el área comercial son los restauran­tes, hoteles, los servicios a las empresas y a los hogares. En tanto que los servicios gubernamentales, los transportes, tele­comunicaciones y servicios financieros tuvieron un buen desempeño. En noviem­bre último, las ventas registraron un leve crecimiento de 0,2%, aunque la variación acumulada sigue teniendo signo negativo.

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En el campo de la industria de manufactura, la producción de lácteos, carnes, bebidas, tabaco, productos químicos, cueros y calzados registraron saldos positivos, aunque no ocu­rrió lo mismo con la industria de minerales no metálicos, prendas de vestir, textiles y otros.

Entre las buenas noticias del año que se fue, y que tienen una innegable implicancia para el futuro, están las exportaciones de 10 nuevos productos industrializados que por primera vez se venden al exterior. La facturación total de las nuevas exportaciones alcanzó 3,1 millones de dólares. Los principales produc­tos fueron varillas de acero, resinas indus­triales, tejidos de fibra sintética, grasas y aceites hidrogenados. Con estos artículos aumenta la diversidad de nuestras expor­taciones y el hecho constituye un impor­tante paso para vender al exterior productos manufacturados por la industria nacional y con abundante valor agregado.

Paralelamente, mientras se vivía la emer­gencia de la pandemia, 16 empresas extranje­ras aterrizaron en el país para radicar inver­siones en diferentes campos de la actividad económica. Las firmas foráneas invirtieron por 1.083.280.781 dólares, lo que signifi­cará la creación de 9.750 empleos en forma directa e indirecta. La radicación de los nue­vos capitales se hizo en agricultura con valor agregado, manufactura liviana, energías renovables, servicios en tecnologías de infor­mación y comunicación, además de turismo. Las firmas provienen de Argentina, Brasil, Taiwán, Estados Unidos, Japón, Holanda y Chile. Según los organismos especializados, existen otros 34 proyectos de inversión que presentaron cartas de intención de radica­ción, planes, anuncios de inversión o eviden­cias para ello. Si se concretaran tales planes, las inversiones en estudio rondarían los 5,8 millones de dólares y reportarían más de 30.000 nuevos puestos de trabajo.

Si bien el país tiene todavía encima la dolo­rosa realidad de la pandemia y sus con­secuencias nocivas, está protagonizando hechos auspiciosos para encarar el futuro con más posibilidades de crecimiento. Y así, junto a las malas noticias, palpitan también proyectos de gran valor que pueden signifi­car días mejores. Lo importante es aprove­char las oportunidades y seguir adelante.

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