El lunes 7 de diciembre la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) adjudicó la última de las cinco licitaciones en el proyecto de maquinización del brazo Aña Cuá del río Paraná, que permitirá aumentar la producción energética de la hidroeléctrica en un 10%, con todos los beneficios que implica. De este modo sigue en marcha el ambicioso propósito de incrementar la generación energética paraguayo-argentina cuya realización se acordó en mayo del 2017 entre el entonces presidente paraguayo Horacio Cartes y el argentino Mauricio Macri.
A pesar de la oposición irracional y la implacable crítica de ciertos sectores, la obra sigue adelante y su concreción ayudará a aprovechar el agua del brazo Aña Cuá, que actualmente se desperdicia en el vertedero de ese sitio, con la producción de mayor cantidad de electricidad que implicará el aumento de ingresos para el Paraguay y la Argentina, además de otros beneficios.
La quinta y última licitación para proveer de más turbinas a la hidroeléctrica binacional se adjudicó al consorcio Siemens-Rieder Aña Cuá Ate para el suministro de transformadores y estación blindada SF6 por un valor de 17.233.095 dólares. La oferta ganadora cumple con las exigencias requeridas en el pliego de bases y condiciones. Con la mencionada licitación se cumplen con los parámetros establecidos en los precios cotizados para obras parecidas. Según el documento, la oferta presenta una estructura razonable de acuerdo al tipo de trabajo que será realizado y con un flujo de certificación de acuerdo a lo que se aguarda de este tipo de suministros. El valor de la provisión de transformadores y demás equipamientos ofertados representa un 52% menos que el precio referencial, que se había estimado inicialmente en 36 millones de dólares.
La definición de esta última licitación es considerada un hecho crucial en el proceso de maquinización del Brazo Aña Cuá de la hidroeléctrica de Yacyretá, pues con ella culmina la etapa de concesión de trabajos de los diversos capítulos de la obra. Las otras licitaciones ya concedidas fueron para el suministro electromecánico principal (turbinas, generadores, etc.), la relacionada con la construcción de las obras civiles provisorias y definitivas, los servicios de ingeniería y asistencia técnica a la gerencia del proyecto, además de la licitación para los servicios de inspección y fiscalización de las obras.
De acuerdo con fuentes de la binacional, con el proceso de licitaciones que ha sido transparente y respetando las reglas competitivas bien definidas se ha podido obtener un ahorro de alrededor del 45% de lo previsto inicialmente. Al comienzo se había estimado un valor total de 600 millones de dólares, que con las 5 licitaciones aprobadas se ha bajado a alrededor de 330 millones de dólares.
Entre los más importantes beneficios que traerá la maquinización del Brazo Aña Cuá del río Paraná está que se producirá un 10% más de energía, que se estima generará ingresos adicionales por cerca de 80 millones de dólares al año, de los que 490.000 dólares anualmente serán para resarcimiento de la Ande.
Otra de las ventajas es que posibilitará la creación de alrededor de 3.000 puestos de trabajo en la zona, con el consiguiente impacto para las poblaciones cercanas. Esto sin olvidar las oportunidades de negocios que proporciona al sector de la construcción civil y al relacionado al ramo hidroeléctrico. Entre los provechos del emprendimiento se encuentra el cuidado del medio ambiente y la preservación de la fauna ictícola, mediante el sistema de transferencia de peces, que hará posible la migración natural de los mismos con fines de reproducción.
La relevancia de la ampliación de la hidroeléctrica paraguayo-argentina no es solo de orden económico, que resulta de valor indiscutible. Tiene también su importancia política porque es la concreción de una apuesta contra los negadores de la importancia del Acuerdo Cartes-Macri, llevado a cabo en mayo del 2017, que permitió la normalización de la situación de Yacyretá, que estaba sumida en el caos y la anarquía. El fruto visible más trascendente para ambos países es posibilitar el aprovechamiento del flujo de agua de ese brazo del río Paraná que transcurre en territorio paraguayo, hasta ahora sin utilidad.
Estamos, entonces, ante la concreción de un acuerdo acertado que traerá un provecho innegable para el Paraguay y la Argentina.