La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica que la economía paraguaya declinará este año 2,3%. En un informe reciente sostiene que la recuperación económica de nuestro país puede durar más tiempo del previsto porque el crecimiento del producto interno bruto (PIB) es muy vulnerable a las condiciones climáticas y al cambio real, lo que hace pensar que la variación negativa del indicador se pueda mantener o incluso empeorar.
El cariz un tanto negativo de la afirmación puede ser contrarrestado por observaciones de índole más positiva con base en el desarrollo de algunos indicadores de los últimos meses que se reflejan también en un excelente repunte de las recaudaciones impositivas. No obstante, es cierto que la economía de nuestro país depende muchísimo de los fenómenos climáticos, como la sequía, que podría jugar una mala pasada si se mantiene por más tiempo. Pero aún no está dicha la última palabra y hay todavía mucho por andar.
La secretaria ejecutiva del organismo internacional señaló que el endeudamiento de nuestro país está en una alta proporción (79%) en moneda extranjera, además del fuerte incremento del pasivo en lo que va del año. Destaca que al cierre del 2019, la deuda pública paraguaya representaba el 23% del PIB y, que, teniendo en cuenta la toma de más préstamos en lo que va del año para enfrentar la crisis, la deuda pública se ubicará a fines del 2020 en el 32%, un alza de 9 puntos porcentuales.
En cuanto a la recuperación, señala que en lo que va de este año se registró una fuerte contracción en los servicios que estuvo alivianada por el buen crecimiento del sector agropecuario. Pero culmina con una clara advertencia que no se puede ignorar con relación a la restauración de la economía. Destaca que, como ocurrirá en otras naciones, la mejoría podría ser más lenta de lo que se espera, a pesar del rebote que se está notando y que seguirá en el 2021.
Aparte de los signos de recuperación que se han tenido en varios sectores económicos a partir de mayo, y que van creciendo, hay un elemento revelador y muy elocuente: el aumento de las recaudaciones fiscales. Este fenómeno tiene dos aristas bien claras: indica que está mejorando la situación de los contribuyentes por las actividades económicas que realizan y ayuda a financiar el gasto público que estuvo muy amenazado en abril.
En setiembre, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) registró la más alta recaudación mensual de su historia, con 1,72 billones de guaraníes, por encima del anterior récord de los 1,6 billones alcanzado en abril del 2019. Mediante esta cifra se logró llegar a 10,28 billones de guaraníes de enero a setiembre, inferior a los 11,61 billones alcanzados en los nueve primeros meses del año pasado, pero esperanzador teniendo en cuenta que es el tercer mes consecutivo en que se tienen fuertes incrementos en los ingresos luego de los malos meses anteriores. Por otro lado, ayuda a bajar el déficit fiscal ocasionado por la pandemia, que se estima sería menor mediante el repunte que comenzó a partir de finales de mayo.
Muchos analistas no dudan en señalar que el alza de las recaudaciones de los principales impuestos internos es una indiscutible señal del proceso de recuperación que se está viviendo. Aunque otros observadores no comparten la euforia y dicen que la suba en las percepciones tributarias se puede deber también a que se están pagando últimamente parte de los impuestos que no se pudieron abonar en los peores meses.
En cualquiera de los casos, es mejor que crezcan las recaudaciones por las causas que fueren, porque serán de gran ayuda para un país desfinanciado y que se está endeudando cada vez más. Las observaciones del organismo de las Naciones Unidas son indiscutiblemente válidas, por provenir de donde vienen. Pero no conviene olvidar los datos que está arrojando nuestro desempeño actual que dan pie a una razonable confianza. Con la reciente reapertura total se aguarda que los sectores más afectados por el encierro aceleren su recuperación lo que ayudará a que se termine el año en mejores condiciones. Sin olvidar que hay que seguir con las estrictas medidas contra el coronavirus.