El Banco Central del Paraguay (BCP) ha calculado que debido a la crisis provocada por el coronavirus la economía paraguaya tendrá este año una disminución del 2,5%, bajón que hace tiempo no sufre el país.
Los técnicos han señalado que este descenso de la actividad económica del Paraguay será la caída más dramática en varias décadas de la historia reciente, lo que representará, por otro lado, uno de los desafíos más grandes para la sociedad paraguaya.
La retracción se debe principalmente a que los servicios se desplomarán en 9,4%, que el comercio se hundirá en 2,4%, además de otros sectores, como la electricidad y el agua (-2,5%), además de la industria manufacturera (-0,5), que también descenderán.
El BCP estima que el consumo privado sufrirá un desmoronamiento del 6,6% en lugar de crecer 3,7%, como previó inicialmente. Las inversiones tendrán una reducción del 3,5%, las importaciones caerán 5,7%, en tanto que cree que las exportaciones tendrán una baja del 1,5%, lo que representa una situación contraria a los crecimientos positivos que se estimaron cuando la pandemia era solo una noticia ajena a nuestras tierras.
Los únicos sectores que serán la excepción a este panorama negativo son la agricultura, para la que se prevé un alza del 8,5%, y la ganadería, que se recuperará creciendo 1,5% luego de los malos números del año anterior.
Los entendidos señalaron que este descenso, que no será tan grande comparado con el que se prevé en otros países, podría ser más grave si no funciona bien la cuarentena inteligente y podría empeorar la situación. Son previsiones que podrían verse modificadas a favor o en contra, según se desenvuelvan una serie de factores que inciden en la vida de una nación.
La constatación de esta dura realidad tiene una sola respuesta racional: trabajar más y con mayor inteligencia para hacer que las consecuencias negativas sean menos dolorosas y para que podamos levantarnos en el plazo más rápido posible.
Una de las principales medidas es que el país debe mantenerse con todas las disposiciones sanitarias que se requieran para tener a la población a salvo del coronavirus, sin descuidar la economía y el trabajo de la gente. Algunos han dicho que cuidar la salud implicaba desatender la economía. Ese razonamiento es equivocado y se puede cuidar la salud con inteligencia haciendo activar el proceso económico con la mayor normalidad posible.
En eso consistirá precisamente la llamada cuarentena inteligente, en tomar el máximo de cuidados en todos los ámbitos para garantizar que las personas que salgan a trabajar estén a salvo de los contagios y se pueda poner en marcha la maquinaria de los sectores paralizados y se amplíe el trabajo de los que están operando.
La cuarentena inteligente implicará ser más rígidos en algunas cosas, como el cuidado de la higiene, la no aglomeración excesiva de personas, la atención extrema en el distanciamiento entre individuos en los lugares públicos. Pero para ello el Gobierno tiene que mejorar radicalmente su comunicación, que es una de sus principales deficiencias. Debe educar a la ciudadanía con buenas campañas de enseñanza de qué y cómo tomar los cuidados higiénicos, a fin de hacer entender a la gente cómo tiene que actuar. Hacen falta campañas educativas orales, audiovisuales y escritas en todos los ámbitos posibles. Campañas, en el sentido de actividades que se hacen durante un tiempo para conseguir un fin. Sin educar a la mayoría, no se podrá garantizar nada.
Otro aspecto importante es que el Gobierno debe escuchar al sector privado y planificar el rumbo de la economía de manera conjunta con las empresas, facilitando los créditos y las medidas que se requieran para aguantar los golpes recibidos hasta ahora y para que la actividad económica tome nuevo impulso. Hay que recuperar los puestos de trabajo perdidos, posibilitar nuevos empleos para fortalecer la situación de los trabajadores y así garantizar la estabilidad de la ciudadanía.
La emergencia que se vive hace necesario aunar el esfuerzo de todos los sectores bajo una conducción inteligente que tenga en cuenta el aporte de los mismos para poder alcanzar el objetivo de superar el momento.