La desatinada idea del Frente Guasu (FG) y del Partido Demo­crático Progresista (PDP) de aumentar varios impuestos que afectarán de manera negativa a la pro­ducción y al empleo ha recibido el uná­nime rechazo de las fuerzas vivas del país, que involucran a los más diversos secto­res que trabajan por los intereses nacio­nales. El propio presidente de la Repú­blica, Mario Abdo Benítez, expresó su oposición a la propuesta de esos partidos de manera tajante. “En este momento no se puede hablar de suba de impuestos”, sentenció cuando fue preguntado sobre el tema. “No podemos poner más carga al que está pedaleando”, agregó, precisando que la prioridad en la actual situación económica que está viviendo el país es proteger los empleos.

Se explayó luego sobre el tema apun­tando que el Gobierno está pidiendo a los empresarios que sostengan a sus emplea­dos, que cuiden el empleo de la gente. “No es el momento para hablar de ningún tipo de aumento”, remarcó con énfasis sobre las normas que se están preparando en el Congreso para incrementar la carga tri­butaria.

Entre los proyectos de alzas impositivas que están en el Poder Legislativo y que han sido rechazados está el que modi­fica el artículo 115 de la Ley 6380/19 para aumentar la tasa del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) de un mínimo de 35% a un máximo del 50% a los cigarrillos.

Otra modificación que se quiere hacer a la mencionada ley es al artículo 21, que pretende subir a un 18% el Impuesto a la Renta de las Empresas (IRE) sobre la ganancia neta que provenga de la produc­ción, la comercialización y la exportación de soja en grano en estado natural. Tam­bién hay una propuesta de ley que amplía la emergencia tributaria con aumentos temporales y permanentes en algunas obligaciones.

Se suman otras proposiciones jurídicas. Una que modifica el artículo 16 de la men­cionada Ley de Modernización Tributaria que incrementa el ISC a las bebidas con alcohol con un mínimo de 13,5% hasta el 26%. Otra es la variación de los artículos 115 y 116 de la norma citada con el fin de gravar a los cigarrillos con tasas del 30% hasta el 40%, como si no existiera otro proyecto con igual propósito.

Estas presentaciones que contienen fuer­tes subas en los impuestos de produc­tos nacionales han sido muy duramente cuestionadas, porque ponen una carga más encima de la que ya tienen para hacer más difícil la situación de las empresas y personas que pagan sus obligaciones fiscales. Máxime pensando en el contra­bando y los sectores que forman parte de la economía en negro que no son molesta­dos en su cómoda situación ilegal por las autoridades ni por los legisladores.

Esto hizo decir a la Feprinco que las pro­puestas de alzas tributarias que están en el Congreso en lugar de ocuparse de apretar a los ilegales y hacer que paguen los tributos están amenazando con más suplicio a los que están sosteniendo el aparato del Estado.

La entidad señaló que los fundamen­tos para elevar la contribución a los que producen y trabajan se basan solo en argumentos ideológicos, por lo que afec­tarán puestos de trabajadores forma­les, que reciben salarios legales y con el seguro social obligatorio. Y que por ello favorecen al contrabando de productos extranjeros, restándole competitividad a la producción nacional, la que se vería impactada negativamente.

Otros voceros empresariales indicaron que la solución no es poner más impues­tos, sino hacer que el dinero que se recauda sea mejor administrado, que se reduzcan los gastos y que las instituciones funcionen adecuadamente para dismi­nuir la evasión y la informalidad. La cri­sis golpea a todos y no corresponde poner más cargas impositivas. Algunos analis­tas calificaron a los legisladores del FG y PDP de desubicados, ya que la medida que plantean tendría efectos contrarios a los que se necesitan en este momento.

Los proyectos de leyes que pretenden gravar con aumentos impositivos la pro­ducción nacional constituyen una peli­grosa amenaza para el país como queda demostrado. No harán que se incremen­ten los ingresos y, en cambio, propicia­rán el cierre de empresas y negocios que dan empleo a miles de personas. Por ello, merecen el repudio que todos los secto­res conscientes de la ciudadanía les han demostrado.

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