De acuerdo con las disposicio­nes del Ministerio de Educa­ción y Ciencias (MEC), hoy se inicia oficialmente el año lectivo en las escuelas públicas del país, según el calendario escolar previamente establecido. Algunos dirigentes gremiales docentes refirieron que el inicio es parcial porque hay muchos maestros enfermos de dengue, gran cantidad de escuelas se encuentran en mal estado con sus aulas y muebles derruidos y, sobre todo, tienen reclamos sindicales que no han sido aten­didos por el Gobierno, cosa que los lle­vará a la suspensión de clases y a realizar movilizaciones callejeras en las próximas semanas.

Uno de los gremialistas de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay (OTEP) resumió el panorama afirmando que al decir que las clases se iniciarán de forma parcial es porque habrá ausencia de docen­tes por enfermedad. Agregó que hay escuelas deterioradas y abandonadas y que de surgir cualquier inconveniente, será responsabili­dad exclusiva del Ministerio de Educación.

Por su lado, un directivo de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP), gremio que se resistía al inicio de clases, señaló que deci­dieron por mayoría de votos comenzar el año lectivo de acuerdo con el calendario, aunque aclaró que seguirán insistiendo en los cues­tionamientos que tienen contra la conduc­ción del ministro, cuya gestión será motivo de evaluación permanente.

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La vocera de otra agrupación docente señaló que acordaron el inicio de las clases, pero que lo harán con asambleas y movilizaciones permanentes para buscar soluciones al sis­tema educativo.

Directivos de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) anun­ciaron que realizarán actos públicos de pro­testa como manifestaciones y sentatas para oponerse a la gestión del ministro Eduardo Petta, a la que consideran deficiente, y por los errores en los libros de texto de matemática.

El Gobierno insiste en conversar y el pro­pio presidente de la República llamó a los educadores a entablar un diálogo democrá­tico, tolerante y con apertura. Agregó que los docentes son los que más aumentos salaria­les recibieron en los últimos tiempos y que este año tendrán otro incremento de 16%.

De ese modo, el año educativo de escuelas y colegios estatales del país se inicia con el signo de la contrariedad: el malhumor de un fuerte grupo de docentes que amenaza con huelgas ya desde el inicio del año, el pro­blema nunca resuelto de los locales escolares en mal estado y la cuestionada conducción ministerial. Todo esto frente a la necesidad imperiosa de mejorar y fortalecer la tarea educativa como una de las prioridades de la sociedad paraguaya.

El comienzo del año lectivo presenta al Ministerio de Educación y Ciencias otro desafío urgente para el cual no se sabe si está preparado. Alrededor de 4.000 maestros que están llegando a la edad de jubilación han comenzado los trámites para su retiro de las aulas y no se sabe cómo el ministerio hará frente a esta situación.

A comienzos del 2019, la jubilación masiva de docentes fue uno de los principales obs­táculos para el ministro Petta que no tenía con quiénes reemplazarlos, pues la cartera de Educación no la había previsto. Esa fue una de las principales pruebas de fuego para el Gobierno que demostró en esa ocasión la gran improvisación con que se maneja esta cartera tan delicada. El resultado fue que miles de niños y adolescentes de escue­las públicas se quedaron sin la cantidad de docentes que se requerían para un normal desarrollo de las clases y sufrieron las con­secuencias. Para hacer frente a las jubilacio­nes de docentes de este año, los pronósticos no son optimistas, pues no se cuenta con el número de maestros para el déficit que se avecina.

Comienza un nuevo año lectivo y la gran deuda que se tiene con la educación no se podrá saldar si los agentes de la tarea edu­cativa no aúnan su esfuerzo de manera con­junta y no trabajan para lograr el objetivo de proveer una enseñanza adecuada. Sobre todo si el Gobierno ignora la realidad y no asume su responsabilidad de priorizar y cumplir su papel en el campo de la educación.

Todo lo que se haga sin esas condiciones augura el fracaso y condenará a miles de niños y jóvenes de las instituciones públicas a la mediocridad.

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