La semana pasada, el Banco Central del Paraguay (BCP) confirmó oficialmente el mal año económico que se vivió en el 2019, pues reconoció que hubo un crecimiento cero; es decir, un estancamiento luego de varios años de incrementos importantes. Gracias al mejor desempeño producido en el segundo semestre del año, las cifras no fueron peores porque en el período de enero a junio se había tenido una inesperada recesión que hizo que el Gobierno finalmente tomara las medidas para atender la situación económica del país.
En el primer trimestre del año se había anotado una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,2% como resultado del desempeño negativo de los tres primeros meses, que tuvo en marzo su peor número. En el tercer mes del año se había registrado una disminución de 4,6% de la economía paraguaya, caída que se acentuó en abril cuando las cifras fueron de -5,6%, el peor mes de la actividad económica en todo el año. En mayo continuó la disminución, pues las cifras hablan de -2,8%, en tanto que en junio la baja económica fue menor, llegando a -1,5%.
A consecuencia de la declinación económica de 2,3% en el primer trimestre y del desempeño del segundo trimestre, que fue de -3%, la banca matriz declaró oficialmente la recesión, tal como mandan a hacer los manuales cuando en dos trimestres continuados caen los números de la economía. Pero el repunte que se consiguió en casi todas las áreas del desempeño económico de julio a diciembre ayudó a salvar al país de un peor año y se ha llegado al 2020 con sensaciones de mejoría.
El BCP revela que en diciembre último la economía se expandió 3,8% en comparación con diciembre del 2018, resultado positivo que se alcanzó en gran medida gracias al desempeño de los servicios, la agricultura, la construcción y algunas ramas de la industria. Destaca la dinámica favorable del sector terciario como los servicios de telecomunicaciones, restaurantes, hoteles, transportes, comercio e intermediación financiera. Las construcciones tuvieron un mayor movimiento, lo mismo que la producción de químicos, lácteos, metales, bebidas, tabacos. En cambio, la producción eléctrica de las binacionales siguió siendo mala, igual que la de los textiles, prendas de vestir, aceites, panadería y otros.
Los especialistas de la economía señalan que uno de los indicadores importantes del comportamiento económico son las ventas que, de alguna manera, pueden adelantar la tendencia que nos espera. El desempeño de las ventas en los últimos 7 meses del 2019 fue importante para atenuar la mala situación de principios de año en el sector comercial. Gracias a ello, las cifras hablan de un alza de 1,3% en el ejercicio pasado.
Esto, sobre todo considerando los malísimos números alcanzados en las ventas en marzo con -7,7%, en abril con un desempeño de -6,8%, igual que en mayo con un -6,8%. Solo en junio salieron del mal momento con un crecimiento de 0,8%, que fue el detonante de las alzas.
En setiembre el aumento de la actividad comercial fue el más fuerte del año, pues en esos treinta días las ventas tuvieron un alza de 7,6%, seguido de octubre, mes en que también los negocios se incrementaron en 6,5%. En noviembre también se vendió bien, pues hubo un incremento de 5,3%; en tanto que en diciembre, la comercialización tuvo un alza de 4,5%. El último cuatrimestre del año pasado fue el de mejor comportamiento de los negocios en todo el 2019, pues se movieron a un ritmo muy superior al de los ocho meses anteriores.
Los especialistas hacen hincapié en la importancia del sector comercial, ya que su dinamismo mueve una parte importante de la economía, pues la caída o la subida de las ventas es un termómetro del consumo y de la circulación monetaria. Además, es una de las actividades que mayor cantidad de empleos generan en el país y que, por consiguiente, tienen efectos multiplicadores que no se pueden desechar.
Por ello, las cifras que se consiguieron en el segundo semestre en la transacción de mercaderías y servicios fueron un serio indicador de que el desempeño económico estaba mejorando, lo que se está corroborando con los nuevos números dados a conocer últimamente por la banca central.