El dengue, la chikungunya y el zika son enfermedades trans­mitidas por el mosquito aedes aegypti. Estos virus, que en algunos casos hasta pueden ocasionar la muerte como el dengue hemorrágico, no distinguen edad, sexo ni clase social, pero sí pueden ser prevenibles. Es decir, con la ayuda de la sociedad se pueden controlar y eliminar los criaderos del mosquito.

De acuerdo con el último informe epi­demiológico de la Dirección General de Vigilancia de la Salud, del Ministerio de Salud Pública, Paraguay registra 9.630 casos de dengue a nivel país. El mayor número se concentra en los depar­tamentos de Amambay (2.594), Alto Paraná (2.307) y Central (1.390). Hasta el momento, Ñeembucú es el único que no registra casos de dengue.

Sin embargo, hasta la fecha, en el país suman 17.957 las notificaciones de casos sospechosos de dengue y a 218 llega el promedio semanal de notificaciones por sospechas. Las mayores cifras de noti­ficaciones se concentran en Asunción y Central.

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En cuanto a los números de fallecidos que se asocian al virus, el informe oficial es que llegan a nueve de los departamen­tos del Alto Paraná, Amambay, Caa­guazú, Central y Canindeyú.

Las últimas lluvias sumadas al calor son una perfecta combinación para la proli­feración del aedes aegypti, por lo cual es sumamente importante la eliminación de los criaderos del vector de la enfermedad.

El Ministerio de Salud emitió una alerta epidemiológica de las Américas, donde se registra un aumento de casos de den­gue, en especial en los países del Cono Sur, según el comunicado. Esto significa que existe riesgo de una probable epi­demia para fin de año y que los departa­mentos que se encuentran con riesgo de presentar epidemias son Alto Paraná, Amambay, Caaguazú y Central, y la capital, por los índices de infestación larvaria en rango de alerta.

Paraguay es considerado endémico para el dengue desde el 2009. Desde enton­ces, cada año se registran brotes o epi­demias de esta enfermedad. Las más importantes fueron en el 2013, cuando predominó el serotipo DEN-2 y se regis­tró mayor cantidad de muertes. En el 2016, el serotipo predominante fue el DEN-1 y, en ese mismo año, circularon otros arbovirosis: zika y chikungunya, de acuerdo al informe.

El ex ministro de Salud, doctor Carlos Morínigo, en una columna para nuestro diario ya advertía hace unos meses que se debe convocar a reuniones en forma conjunta entre los ministerios de Salud, Educación, gobernaciones, municipios, Seam y SEN, no solo para informar de la situación epidemiológica de las localida­des, sino también para establecer planes de acción para la capacitación, control, eliminación de reservorios y vectores, limpieza de baldíos, correcta disposición de residuos domiciliarios y trabajo con comisiones vecinales. Afirmaba que si no se involucra a las cabezas, no funcio­nará la estrategia.

Solo creando conciencia en que al elimi­nar los criaderos ya no habrá mosquitos que transmitan la enfermedad se podrá llegar al objetivo. Entre las tantas reco­mendaciones se menciona la limpieza de los patios de elementos que puedan acu­mular agua como botellas, frascos, tapi­tas, el cambio de recipientes de agua de los animales y floreros, entre otros.

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