Ayer, el presidente de la República, Hora­cio Cartes, entregó ante una sesión bicameral del Congreso integrado por los nuevos miembros el último informe de gestión de su período de gobierno, que culmina el 15 de agosto próximo. En dicha presentación, el titular del Ejecutivo hizo un balance de los logros más importantes obtenidos por el gobierno y tam­bién recordó con sinceridad las tareas que quedan pendientes.

En la presentación, se resaltó la imagen posi­tiva del Paraguay, tanto en la región como en el mundo entero, derivada de su innegable estabili­dad económica, lo que ha convertido al país en un referente imprescindible para inversores extran­jeros y también ha permitido, a diferencia de lo que ocurre en países vecinos, la confianza de los inversores nacionales, que han encontrado segu­ridad y accesibilidad para emprender todo tipo de negocios.

En otro orden de cosas, dignas de destacar, están las obras públicas. Importantes obras que deja­ron de ser planes y proyectos a largo o mediano plazo, para ser realidades tangibles. El desarro­llo de la infraestructura pública tuvo una espe­cial relevancia en esta etapa que concluye, aunque muchas de las obras iniciadas o planificadas en este período deberán continuarse y concluirse en la próxima etapa gubernamental. La ampliación del patrimonio de rutas, autopistas y calles asfal­tadas, además de la modernización e instalación segura de puentes y caminos de todo tiempo, han cambiado el rostro del país, tanto en la capital y zonas aledañas, como en las diferentes localida­des del interior.

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Un aspecto resaltante, que ha sido y es valorado incluso por los más férreos opositores a la gestión de gobierno, ha sido la solución brindada a la nece­sidad de vivienda, una materia pendiente desde hace décadas en el país, que ha encontrado en los últimos años una respuesta adecuada a las nece­sidades de cada grupo o comunidad, ajustada a lo último en tecnología y diseñada y pensada para mejorar ostensiblemente la calidad de vida de las familias que fueron beneficiarias. Cabe destacar el ejemplar barrio San Francisco, con viviendas inclusivas y con respeto a las normas actuales, además de la puesta en valor de la zona de Ricardo Brugada (Chacarita) y la construcción de vivien­das para comunidades de diferentes etnias nati­vas, con participación activa de sus destinatarios y respeto a su forma de vida.

A este aspecto de la obra pública se puede agre­gar la mejora y construcción de edificios de uso público, como el caso de hospitales, centros de salud y mejoramiento del estado de escuelas y edificios públicos. Un trabajo que deberá conti­nuar y acrecentarse para llegar a cumplir con la creciente y constante demanda de los distintos sectores. Indudablemente, se ha avanzado a pasos agigantados en infraestructura y en la reconver­sión de la Industria Nacional de Cemento, que ha pasado de ser deficitaria a producir buen producto y eliminar el desabastecimiento.

En otros aspectos, como la Propiedad Intelectual, un aspecto fundamental para combatir el con­trabando y la falsificación, se creó la institución encargada de trabajar en el tema, terminando con la imagen negativa del país y logrando la confianza de los observadores del exterior sobre el país.

El problema de la tierra en nuestro país, que lleva también largas décadas de conflictos, fue un tema prioritario, lográndose entregar más títulos que en otros períodos de gobierno, así como nume­rosas soluciones crediticias que llegaron a los pequeños productores y mecanización agrícola al alcance de los campesinos, además de apoyo a grupos de campesinos unidos para la venta de sus productos en ferias directamente al público.

El mandatario destacó el papel de la Procuraduría del Estado en el sonado caso Gramon Berres, una estafa que estaba a punto de pagar el pueblo para­guayo injustamente y que gracias a la gestión de dicho organismo fue evitado. También hubo pala­bras destinadas a elogiar la transformación de Petropar, otra empresa nacional que pasó de ser una casi inexistente y deficitaria a convertirse en ejemplo de autosustentabilidad y, además, com­petencia con productos de máxima calidad, en un mercado antes prisionero de las empresas multi­nacionales.

Este gobierno deja en manos de quienes gana­ron las pasadas elecciones una fuerte inversión social, beneficiando a sectores vulnerables de todo país, sin exclusiones. Y esa inversión social, que llega actualmente a familias que viven por debajo de la línea de pobreza, a través de progra­mas como Tekoporã, y también a adultos mayo­res; familias con hijos con discapacidad y tam­bién pertenecientes a comunidades indígenas, deberá continuar y crecer, para lograr alcanzar los objetivos de combate a la pobreza, un aspecto en el que el Paraguay estaba bastante atrasado y, sobre todo, con proyectos que se dispersaban sin lograr el objetivo. Sin embargo, a pesar de toda esa situación positiva, es muy importante que el nuevo gobierno valore y prosiga con esos proyec­tos, alejándolos del clientelismo político para que más familias paraguayas se vean beneficiadas y apoyadas para salir del olvido en el que han estado sumidos por décadas.

Es importante destacar algunos aspectos de la gestión que terminará en los próximos meses para poder así mantener la mirada hacia el futuro, con esperanza real y espíritu patriótico.

Etiquetas: #etapa intensa

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