Tras la debacle electoral opositora en las pasadas elecciones generales, Augusto dos Santos conversa en su programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, con tres dirigentes políticos jóvenes de un amplio espectro ideológico sobre el futuro de la oposición en nuestro país. Ellos son Fernando Camacho (FC), del Encuentro Nacional (PEN); Derlis Larroza (DL), del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y Najeeb Amado (NA), del Partido Comunista Paraguayo (PCP), quienes, entre otros tópicos, abordan la necesidad de renovación de la conducción política y la recuperación de derechos.
Fotos: Nadia Monges
–ADS: ¿Cuál es la primera reflexión que bajarían sobre las elecciones?
–FC: Tenemos que repensar todo. Salió todo mal, el campo está arrasado y tenemos que reconstruir. Con lo que se ve que ocurrió, es difícil decir por dónde tenemos que comenzar, sobre todo porque creemos que la construcción política que hicimos de juntarnos para participar en las elecciones evidentemente no fue suficiente. El escenario está muy confuso, hay unas dudas muy razonables sobre la labor de la Justicia Electoral y sobre el comportamiento de las urnas. Casi nadie siente que la realidad social se expresó en estos votos. Entonces estamos todos muy confundidos todavía, pero no nos queda otra que reiniciar, recomenzar y esto se hace dialogando con todos los sectores.
–DL: Yo creo que hay una gran mayoría de paraguayos y paraguayas que anhelaba un cambio. Más que un cambio, una transformación dentro de lo que estamos viviendo socialmente en el Paraguay. No estamos bien. El Paraguay tiene realmente a mucha gente excluida en la pobreza y creo que el déficit de la oposición durante mucho tiempo y yo inclusive hasta lo digo a veces con rabia. Casi 35 años de democracia, no supimos construir una alternativa política que pueda generar esos cambios sociales. La única situación se dio en 2008 con Fernando Lugo, que sí fue un fenómeno y Fernando Lugo fue el que ganó y empezó a generar transformaciones importantes que tampoco pudimos consolidar por justamente una falta de vocación de poder que tiene la oposición. Debemos ser primeramente humildes en aceptar nuestros errores como liberales, después como oposición y buscar el diálogo. Se debe trabajar en torno a un proyecto político y no en torno a personas. Yo creo que ese es el gran déficit que hoy tenemos en la oposición y que se tiene que dar necesariamente un recambio.
–NA: Nosotros entendíamos que un gobierno de oposición sería un gobierno que por su diversidad de sensibilidades y por las propias debilidades de una coalición en el marco de un Estado que fue formado a imagen y semejanza de los grandes empresarios, grandes banqueros, grandes terratenientes y que tuvo en el Partido Colorado el mejor gestor de esos intereses. Entonces ese gobierno de oposición podría generar un escenario menos hostil o menos duro para la mayoría de trabajadoras en términos de pelear por la recuperación de derechos. Hablamos de recuperación de derechos porque hay demasiados datos objetivos que dan muestra de la pérdida sistemática de derechos. Se habla de una pérdida de poder adquisitivo en los últimos 40 años de alrededor del 40 % del salario.
Entonces, para nosotros la tarea sigue siendo un importante frente de trabajadoras y trabajadores que se agrupen en términos sociales sobre todo para salir a recuperar los derechos y digo en términos sociales porque también una de las lecciones que se expresan en este proceso político reciente en los últimos años es que la concepción de unidad en gran medida fue atendida de una manera equivocada por las direcciones sociales y políticas. Nosotros también fuimos parte de ese proceso a nuestro juicio equivocado en años anteriores y después nosotros nos retiramos un poco a tratar de entender desde otro lugar el tema de la unidad. Nosotros hemos buscado la unidad en la articulación de direcciones sociales y políticas, en la cuadra del barrio, en la empresa, en la fábrica, en el colegio, en la universidad. Así, que esa mayoría de trabajadores se entienda conscientemente como protagonista del proceso productivo paraguayo y que a partir de ahí sea capaz de ejercer un protagonismo político.
–¿Qué impronta deja esto?
–FC: El escenario está muy complicado. Tenemos que volver a las bases, pero hoy estamos en una sociedad que llama al contacto directo con la gente. Nosotros planteamos en la Concertación hacer una encuesta y teníamos una buena candidata, creemos que sigue siendo una gran candidata Kattya González, que justamente domina el nuevo arte de las redes sociales y comunicarse -así sin intermediarios, pero nuestra propuesta fue rechazada. PLRA, Patria Querida y Cruzada Nacional no querían la encuesta, querían la interna. Yo creo que ahí nos alejamos de la fórmula Lugo-PLRA.
–¿Qué desafíos a la estructura partidaria plantea esto?
–DL: El PLRA sigue siendo la primera fuerza de la oposición y tiene una responsabilidad enorme. El partido tiene que renovarse con figuras nuevas, con alternativas nuevas, entendiendo los nuevos tiempos que estamos viviendo en el Paraguay. Esa es la responsabilidad que tenemos los jóvenes dentro del partido porque es un partido con mucho arraigo popular, es un partido que tiene todavía un pueblo que inclusive a pesar de la dictadura, a pesar de las derrotas electorales, lo sigue acompañando. Pero hoy qué queremos, queremos ganar el poder y para ganar el poder tenemos que cambiar las alternativas, las miradas, las fórmulas y eso es lo que falta en el PLRA. Independientemente de las dudas que puedan haber, la Concertación perdió porque no le ofreció a la gente lo que la gente quería.
DESAFÍOS
–¿Cuál es la lógica del nuevo discurso de cara al futuro?
–NA: El desafío nuestro es estribar en la mente y en el corazón de la trabajadora, del trabajador promedio de nuestro país. Es muy contradictorio lo que pasó en estas elecciones para nosotros. Porque por un lado hay una debacle en general de la oposición, en particular del campo popular y de la izquierda, y por otro lado en toda nuestra historia de participación electoral es la mejor que hemos tenido y hemos logrado en nuestra campaña conectar con una franja de trabajadoras y trabajadores de entre 25 y 40 años que no tiene una contaminación ideológica prejuiciosa. Nosotros creemos en un país para la clase trabajadora. O sea, nosotros entendemos que gran parte del empresariado es parasitario. Entonces, ¿por qué nosotros vamos a plantear un país para parásitos? Ahora mismo el desafío está también en torno a este problema de la institucionalidad, que es muy frágil y eso se expresó en esta carga enorme de dudas, algunas racionales, otras no, en torno a un sistema electoral que está preparado para la trampa estructural de compra de votos, compra de cédulas, inducción al voto, etc. Y además está preparado también para que el dinero sea determinante en la resolución de la elección. Nosotros creemos que cualquier gobierno iba a hacer el ajuste estructural, el achicamiento, porque hay una crisis general del modo de producción capitalista. Hay problemas muy concretos, los gastos rígidos son altos, el endeudamiento es alto. En agosto nomás hay que resolver el problema de 700 millones de dólares de deuda.
–FC: El PLRA como mayor fuerza opositora tiene la mayor responsabilidad en la construcción no solamente de una alternativa, sino de la victoria. Lastimosamente veo en otros amigos liberales culpar al tercer espacio de la derrota, nos están culpando a nosotros algunos. Hubo 700.000 votos por un lado y 800.000 por otro. Evidentemente hubo una mayoría electoral que quería un cambio o por lo menos poner fin al mandato de un partido, una alternancia sea por izquierda, por derecha o por centro, pero no se supo acumular estos votos.
–DL: Yo empecé a analizar esta cuestión después del 2008. Yo creo que el Partido Liberal estará de vuelta si es que se renueva y, por supuesto, tiene esa visión y esa apertura que tuvo en el 2008. Podemos ganar de vuelta el poder porque a través del poder uno puede generar estos cambios y si vamos a quedarnos en el análisis el Partido Colorado va a seguir gobernando. Si el Partido Liberal tiene figuras que puedan llegar, perfecto, pero lastimosamente en todo este tiempo no tuvo una persona como Fernando Lugo que pueda generar la decisión mayoritaria de la gente. Ganar unas internas no significa que vos seas el líder mayoritario de la oposición. Lo primero que hay que hacer es buscar en estas municipales que se vienen.
LIDERAZGOS
–¿Cuál es el desafío de futuro respecto a los liderazgos y cómo se construyen esos liderazgos?
–NA: Hay que trabajar una combinación porque ese trabajo de base, ese tiempo para poder compartir y ganar confianza con la gente en la cuadra, en el trabajo, en el lugar de estudio, ya no lo hemos invertido o cada vez invertimos menos porque de hecho los tiempos han cambiado. La crisis general que existe. Nosotros hablamos una crisis civilizatoria, o sea nosotros creemos que la forma de ver el mundo y de vivir en el mundo está en crisis y esa crisis se expresa en un altísimo grado de desconfianza. Podrías trabajar con un sector un año permanentemente, pero una intriga te puede detonar el trabajo. La gente desconfía y en el fondo dice ¿en qué momento me va a joder? Porque la gente como que está preparada y cree que vos le vas a joder. Las direcciones conservadoras de los partidos no salen a pelear el problema de no pagar obras hechas, no pelean el problema de no pagar los domingos, feriados, el trabajo nocturno, no se pelea eso. Entonces, no hay realmente una defensa de la normativa vigente en el Paraguay. El gran desafío que tenemos quienes reivindicamos la democracia y la libertad política, ideológica, cultural, organizativa, gremial, de orientaciones sexuales, es enfrentar este triunfo del Partido Colorado en donde tenés a un partido con el Ejecutivo, con la mayoría en ambas cámaras, y la tradición autoritaria se puede expresar. ¿Cómo no se va a expresar? Lo más probable tendencialmente es que se expresen si ganaron grande. Entonces, ¿por qué no van a venir a atropellar? Pueden atropellar y ahí tenemos que pararnos nosotros. Tenemos que construir un frente de trabajadores y trabajadoras que digan “nosotros defendemos la libertad de asociación, la organización de reunión, la libertad ideológica, la libertad de agremiación. El Partido Comunista reivindica la recuperación del movimiento sindical, pero no es esa la única forma de encuentro y de agrupamiento de trabajadores y trabajadoras, hay nuevas formas que tenemos que explorar y entenderlas.
LOS GRANDES TEMAS
–¿Cuáles son los grandes temas que más merecen debate en este nuevo tiempo?
–FC: Salud pública. Terrible. El mejor ministro de Salud Pública en Paraguay es el señor Pollada. Esa es la solución que da la gente a algo dramático. El abandono de lo que se había iniciado en el gobier no de Lugo, que era la salud pública. La atención primaria de salud. El segundo tema fundamental es que creo que hay una crisis de educación muy grave, muy grande. El Ministerio de Educación se volvió un aparato político-partidario. Y tercero el tema de seguridad. Crecientes casos de asaltos. La seguridad ciudadana está totalmente abandonada. Y estoy hablando de que la gente no sabe si va a llegar a su puesto de trabajo o a su casa. Y cierro con el cuarto punto. El tema del transporte público es horrible. La ciudadanía pasa tres a cuatro horas montadas en los vehículos, ya sea de ida al trabajo o de vuelta. Una destrucción de la calidad de vida.
–DL: Hay temas muy preocupantes. Están los temas que yo inclusive los puedo poner dentro de un eje, que es la cuestión de salud, de educación, que evidentemente estamos atravesando momentos muy difíciles. La cuestión de salud, la cuestión de educación. No hay un norte con respecto a qué queremos como país, como educación. Estamos realmente muy atrasados no solamente en infraestructura, sino en la formación misma de nuestros niños y adolescentes. La cuestión de la universidad pública, etc. Un tema fundamental y una oportunidad que tendríamos como país. Hay que ver si aprovechamos o no la cuestión de Itaipú. Yo creo que tiene que ser un tema fundamental. ¿Qué hacemos con Itaipú? Vamos a seguir dándoles la energía a ellos. Vamos a recibir más recursos de Itaipú. ¿Qué hacemos con esos recursos? Así como se hizo con la negociación Lugo-Lula. Con esos recursos se generaron tales y tales proyectos y propuestas públicas. La deuda externa, ¿cómo se hace? Santi dijo que va a sacar un préstamo para pagar parte de la deuda. Ese es otro eje fundamental. Uno no puede eludir la cuestión del transporte público. ¿Por qué? Porque en el Paraguay evidentemente es un problema muy grave. Pero también es un problema de que desde el gobierno, desde el que tiene la lapicera, se tiene que bajar una línea y del Congreso se tiene que acompañar. Porque evidentemente el tema del transporte público es prácticamente un fraude. Entonces yo creo que son temas importantes que debe abordar este Congreso. Y ¿por qué quería llegar al Congreso?, porque uno puede ser mayoría o minoría en el Congreso, pero uno puede instalar un debate.
–NA: Nosotros ahora estamos trabajando, estamos en reuniones los fines de semana, estamos haciendo una gira no solo en los lugares que visitamos durante la campaña, sino otros lugares que quedaron pendientes con la consigna del Frente de Trabajadoras y Trabajadores, en donde nosotros le incluimos a pequeños comerciantes también, para salir a recuperar derechos, decimos nosotros. Entonces para nosotros todo lo que es el eje de derechos laborales es central. Entonces, respetar el Código Laboral implica hacer valer los contratos colectivos de condiciones de trabajo, las horas extras, el pago por horas nocturnas, el pago por días feriados, el ajuste salarial. Porque si es que se ajusta un 40 % el salario, eso no habrá sido un aumento, eso habrá sido un ajuste. Con ese 40 % podemos consumir como se consumía hace 30 años atrás. Entonces hay que pelear por el ajuste salarial. Y nosotros creemos que para el Frente de Trabajadores la gran tarea es esa. Y ahí se cruzan, por supuesto, los reclamos en torno a salud, en torno a educación, en torno a transporte. Nosotros creemos que lo central es esto, igual que el tema de jubilación. Hay que pelear por el problema de las cajas fiscales, IPS, y la necesidad de pensar asumiendo la complejidad de un sistema único, pero de alguna forma que permita que los trabajadores y las trabajadoras más jóvenes tengan otra vez en su horizonte la posibilidad de una jubilación, la escala internacional, que es la solidaridad intergeneracional. No aquella idea en la que yo voy a poner una cuota y lo que se junta es mi plata, eso nomás después me van a dar otra vez, que es la línea de las jubilaciones privadas. Y sobre el Parlamento nosotros colocamos en la campaña que la interlocución del parlamentario que realmente luche por la democracia y por el cambio está fuera del Parlamento. El Parlamento es una caja de resonancia. Para la mayoría es súper dura la realidad en nuestro país, la mayoría trabajadora casi no tiene representación en el Congreso. El Congreso está dominado por una mayoría que defiende los intereses de esa pequeñísima minoría empresarial multimillonaria. Entonces es súper difícil porque ahí hay compromisos, hay bancas compradas. Hay compromisos muy duros ahí.