Mariano Mercado, enviado especial
En una solemne ceremonia en la imponente Basílica de San Pedro, se realizó la celebración en la que sea crean 20 cardenales, entre ellos monseñor Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano de Asunción. Desde tempranas horas se vivió un ambiente de fiesta en la Plaza de San Pedro, con peregrinos e invitados especiales que se acercaron para celebrar este gran acontecimiento.
El caso de nuestro país era más aún importante, al ser el primer cardenal paraguayo que forma parte de la Conferencia Episcopal Paraguaya. El territorio de la Santa Sede fue reforzada en cuanto a la seguridad, estrictos controles para el ingreso de los invitados.
Una vez en el lugar, nos tocó disfrutar de las obras de arte de la Basílica, porque cada pedazo de la estructura es una obra de arte. Llegaban las comitivas e ingresaban de forma ordenada dos horas antes del evento. Faltando 10 minutos para el inicio, el monitor informa que los electos cardenales ingresarán en procesión y que sea sin aplausos. Ingresaron en silencio y luego se entonó un canto de entrada.
Cabe resaltar que la ceremonia no es una misa, tiene su rito propio, con el saludo con la señal de la cruz, la lectura de un texto bíblico y luego el Santo Padre dirige su mensaje. En el mismo pidió a los cardenales encender el fuego del amor de Dios en sus corazones. “Que el espíritu encienda también en nuestros corazones, en las manos y en los pies que nos guíen”, afirmó.
En otro momento, dijo, un cardenal ama a la Iglesia. “Siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando de grandes cuestiones como los pequeños, que son grandes ante Dios. Jesús quiere traer fuego, que desciende del cielo. Quiere encenderlo de nuevo en las orillas de nuestras historias diarias. Nos llama por nuestro nombre, nos mira a los ojos y nos pregunta: ¿Puedo contar contigo?, sentenció.
Durante la ceremonia se le notó al Santo Padre un poco cansando. Permaneció casi todo el tiempo sentado. Ingresó en silla de ruedas y con la ayuda de su séquito se sentó en la silla presidencial. En algunos momentos de la celebración su tono de voz se sentía bastante débil.
En la ocasión, el santo padre colocó primero el solideo y luego el birrete sobre la cabeza del nuevo cardenal y pronunció: “Este birrete es rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre, por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”.
SALUDO DE COMITIVAS
Una vez finalizada la ceremonia, cada cardenal pasó al salón Pablo VI para saludar a las distintas comitivas e invitados especiales. Un poco más de un centenar de paraguayos de distintas partes llegaron para saludar al cardenal Martínez.
El consistorio sigue en su segunda parte mañana lunes y culmina el martes con una celebración eucarística presidida por el Santo Padre a las 17:00. El tema principal de la reunión será, como indicó el Papa, reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, que reforma la organización de la Curia, la administración de la Iglesia católica.
DÍA HISTÓRICO
Sin lugar a dudas el 27 de agosto del 2022 queda como un día histórico para la Iglesia paraguaya y toda la feligresía católica, ya que oficialmente el Paraguay tiene a su primer cardenal, monseñor Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano. En el orden para ser investido, monseñor Martínez estaba en el lugar 15.
Durante el consistorio ordinario público le fue entregado el título de “San Juan ante la puerta latina”, que es una Iglesia Basílica en Roma, Italia, cerca de la Porta Latina (en la Vía Latina) de la Muralla Aureliana. Siendo las 10:42, hora paraguaya, a monseñor Adalberto se lo vio feliz y sonriente al recibir del papa Francisco el birrete, el solideo y el anillo, signos del cardenalato.
Tras la liturgia de la palabra, la homilía, la profesión de fe y el juramento, cada nuevo cardenal se aproximó hasta el Papa y se arrodilló para recibir el capelo o birrete cardenalicio y la asignación de un título o diaconía. Monseñor Adalberto estaba en primera fila, en el lugar número 15.
En la ocasión, el Santo Padre colocó primero el solideo y luego el birrete sobre la cabeza del nuevo cardenal y pronunció: “Este birrete es rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre, por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la santa Iglesia católica romana”.
Cabe mencionar que el anillo es un “signo de dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la sede del apóstol san Pedro”.
CONSISTORIO ORDINARIO
La investidura oficial de monseñor Adalberto Martínez se realizó desde 10 minutos antes de las 10:00 de Paraguay, en una ceremonia denominada consistorio ordinario público, que tuvo una duración aproximada de 60 a 80 minutos. Se trató de una celebración litúrgica que tiene una solemnidad parecida a la de la misa, que cuenta con una liturgia propia donde se proclama la palabra de Dios y, posterior a esto, el Santo Padre da un mensaje dirigido a los cardenales.
Autoridades paraguayas y eclesiales participaron de esta histórica celebración, que fue transmitida por canal GEN/Nación Media. El periodista Mariano Mercado informó para Nación Media desde ciudad Vaticano. Para los periodistas fueron entregados materiales de liturgia para seguir la ceremonia. “Le dije que rezamos por él y que el Paraguay le tiene gran aprecio, que le ama Paraguay. Él también respondió que nos ama. Recordó nuevamente a la mujer paraguaya. Que enviaba su bendición a todo el país. Y él me respondió que ‘este es un homenaje para el Paraguay’”, afirmó el cardenal Adalberto Martínez al ser consultado sobre qué le dijo al Papa en los breves segundos que conversó con él.
La senda cardenalicia de Paraguay
El español nacionalizado paraguayo Cristóbal López fue el primer cardenal paraguayo.
Francisco, el papa sudamericano, no deja de mostrar su amor al pueblo paraguayo. Tanto es así que en el 2019 ya había iniciado una senda cardenalicia para el país. Esto, con la designación del español nacionalizado paraguayo Cristóbal López Romero, como cardenal de Marruecos, quien fue nombrado arzobispo de Rabat. Esta decisión del Santo Padre puso sumamente feliz al pueblo paraguayo, ya que en ese entonces, pues, se lograba el anhelado nombramiento de un cardenal paraguayo.
Sin embargo, Francisco volvió a sorprender hace poco cuando el pasado 29 de mayo anunció la creación de 21 cargos cardenalicios de la Santa Sede, y entre ellos, se encontraba un paraguayo natural, el arzobispo metropolitano de Asunción, monseñor Adalberto Martínez Flores. El purpurado fue investido ayer en el marco del consistorio ordinario público que se ofició en la Plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano.
López Romero, arzobispo de Rabat, Marruecos, fue el primer cardenal paraguayo. El mismo adquirió la nacionalidad paraguaya porque vivió y trabajó muy de cerca con los jóvenes durante 18 años en tierra guaraní. Durante su estadía, fue superior de los Salesianos del Paraguay durante seis años y fundó la Asociación de Comunicadores Católicos (ACC) del Paraguay, que aglutina no solo a periodistas, sino a todo aquel que trabaja en el mundo de la comunicación.
“A mí el pasaporte paraguayo no me ha dado ventajas, ni lo hice por poder votar, ni tenía ningún interés económico, era por afectividad, por amistad, por solidaridad con el pueblo paraguayo, del cual yo me siento parte porque me hicieron sentir en casa. El pueblo paraguayo me acogió, me sentí uno más, y afectivamente, quería dar un paso que demuestre que yo también acogí a Paraguay como mi nación”, había dicho López Romero en una entrevista exclusiva para La Nación/Nación Media, cuando se le consultó, por qué se nacionalizó paraguayo.
Su primera misa, en Chiesa del Gesù
Adalberto Martínez oficiará hoy su primera ceremonia como cardenal.
Hoy domingo el arzobispo de Asunción dará su primera santa misa en la Chiesa del Gesù (La Iglesia de Jesús), en Roma. El templo jesuita está ubicada a cuadras de la Plaza de San Pedro, donde estará como invitada especial la feligresía en general, pero se espera especialmente la presencia de los paraguayos residentes en Roma y sus alrededores, como la de autoridades de Paraguay.
Esta iglesia es una de las más antiguas de Roma, cuya construcción se había iniciado en el año 1568 y es considerado el primer templo de los jesuitas en el mundo, su nombre completo es Iglesia del Santísimo Nombre de Jesús. Al ingresar al templo se puede apreciar un estilo renacentista en su ambiente que fue concluido en 1584.
Cabe destacar que dentro de esta iglesia se encuentran los restos mortales de san Ignacio de Loyola, por lo cual es muy visitada. Entre sus principales atractivos están los cánticos y oraciones que se realizan por las tardes, todos los días de la semana.