El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, realizó un análisis político desde el punto de vista religioso para caracterizar la situación actual y el gerenciamiento del gobierno por parte del presidente Mario Abdo Benítez. “Él se encerró mucho y dejó que se acumulen los problemas, está desorientado”, sostuvo monseñor Valenzuela.

“Faltó administrar ese sentimiento de rabia y de impaciencia de la gente y ahora nos encontramos en esta situación que le va a ser muy difícil de administrar porque hay una carga volcánica”, expresó.

El religioso, en comunicación con 1020 AM, al ser consultado acerca de su lectura político-social de la gestión de Mario Abdo en la pandemia, sostuvo que “se le nota a él que no encuentra bien el norte y el rumbo a seguir, y más en esta pandemia”. Sostuvo que “no se rodeó de personas bien entendidas” en materia gubernativa.

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GOBIERNO DESORIENTADO

“En una pandemia uno tendría que tener un equipo de crisis que siempre es muy importante”, sostuvo el obispo y añadió que “todo gobierno siempre debe tener un sistema de contingencia. Esto a él le faltó”. En ese sentido, dijo que la pandemia sigue y como no están preparados, el gobierno termina “desorientado”.

Al consultársele si es suficiente leer solo la Biblia para gestionar un gobierno, así como dijo el propio Mario Abdo, monseñor Valenzuela sostuvo que “eso que él dijo fue una respuesta rápida que le vino nada más, que él se está cimentando en alguna plataforma para cierta seguridad”. Hay que tener una lectura de lo que dijo, pero tampoco se puede encomendar así, dijo.

¿LE SEGUIRÁ FALTANDO?

En ese sentido, el obispo de Caacupé sostuvo que independientemente a la postura religiosa, debe tener un gabinete interdisciplinar de gente bien preparada, y dudó sobre si al día de hoy le seguirá faltando ese gabinete que lo acompañe en la conducción del gobierno. “Ahora se requiere a los mejores hombres y a los más inteligentes. Ahora no es tiempo de políticos”, sostuvo.

“Le faltó empatía y contacto con la gente”, dijo, y añadió que “él salía muy poco, muy poco”. En ese sentido, recordó que los días de gobierno son incluso de tiempo de los emperadores. Sobre la espiritualidad de los políticos, sostuvo que “fueron oportunistas que se lanzaron para ayudar, aparentemente, pero luego comenzaron a emborracharse al ver tanto dinero y empezaron a llevarse un poco para ellos”.

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