La jueza uruguaya Blanca Rieiro, quien otorgó el refugio político a los fugados de la Justicia paraguaya Juan Arrom, Anuncio Martí y Víctor Colmán, el 27 de setiembre pasado, insinuó en su dictamen que la extradición de los tres secuestradores formaba parte de las negociaciones llevadas a cabo entre los presidentes de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Brasil, Jair Bolsonaro, sobre el Tratado de Itaipú.
Como es sabido, el acta firmada el 24 de mayo en forma secreta entre ambos mandatarios fue anulada, cuando dos meses después se conoció el contenido general y generó un revuelo político y económico a nivel local, por ser desfavorable a los intereses de la Ande y, por ende, del Paraguay. En consecuencia, aparentemente el gobierno brasileño habría permitido que los tres huyeran al Uruguay.
“De tal informe surge que nada ha cambiado en el país de origen de los solicitantes del refugio. Del anexo de las negociaciones bilaterales entre Brasil y Paraguay se puede apreciar detalladamente cómo la situación de estas personas se encuentra en el centro de la discusión política y económica entre las más altas autoridades a nivel presidencial. Numerosos medios de comunicación y declaraciones oficiales de autoridades dan cuenta de que la devolución inmediata a Paraguay de los ciudadanos forma parte, entre otros motivos, de los acuerdos y compromisos asumidos por esas autoridades vinculadas al asunto de renegociación bilateral por la empresa hidroeléctrica de Itaipú”, declaró la magistrada uruguaya. Aclaró que ese informe fue proporcionado por la Comisión de Refugiados (Core) de Uruguay y por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En una declaración anterior, reproducida por el diario El Observador de Uruguay, dijo que su decisión se basó en elementos que “acreditaban” que los secuestradores de María Edith de Debernardi habían sido sometidos a torturas en el Paraguay, asegurando que cuenta con “informes confidenciales” que prueban esa situación. “Yo entendí que se daban esos elementos”, afirmó al citado periódico.
Cabe mencionar que en junio de este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) había fallado a favor del Estado paraguayo, indicando que no encontró pruebas de que los fundadores del Partido Patria Libre (PPL) habían sido torturados.
“...No son perseguidos políticos ni víctimas de abusos o violaciones de derechos humanos por parte del Estado paraguayo”, fue la conclusión del organismo internacional.