El obispo de Concepción y Amambay, monseñor Miguel Ángel Cabello pronunció una fuerte homilía en el tercer día del novenario en honor a la Virgen Inmaculada Concepción de Caacupé, cuya festividad se celebra bajo el lema Abazarse a Cristo Jesús, en el tercer año del Trienio de la Juventud.

El prelado basó su reflexión en “Las vidas que no producen frutos”, y en ese sentido, dijo que los jóvenes solo siguen el ejemplo que les ofrece la sociedad, “del cotidiano robo de los bienes públicos, del tráfico de influencia, las prebendas, sobornos, coimas y lavado de dinero”. Agregó que a diario ven el pisoteo diario a los derechos humanos y el manoseo de los pobres y vulnerables.

“Pensemos ¿Qué enseñanza pueden recibir los jóvenes del triste espectáculo de una sociedad desorientada y decaída moralmente? ¿Qué lección podrían aprender de la actuación de ilustres autoridades nacionales, departamentales y municipales, de connotados políticos involucrados en descarados actos de corrupción? ¿Qué pensarán o aprenderán de estos?”, indicó.

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Lamentó que muchos jóvenes no estudian ni trabajan, algunos inclusive teniendo oportunidades que no aprovechan, ya que malgastan su tiempo en diversiones, juegos y vicios. Agregó que esto también afecta a los jóvenes de iglesia, ya que muchos no hacen el mal, pero son incapaces de hacer el bien.

Asimismo, lamentó que muchos jóvenes cayeron en la delincuencia y se volvieron “asaltantes, ladrones, vendedores de crack, chespi, violadores, hasta asesinos”, dijo el prelado. “Duele decir pero tenemos que decir que son vidas que no producen frutos. El ideal de vida que Dios les tenía preparado no se ha realizado en ellos, y que triste eso”, aseguró.

“La ineptitud, la pasividad que lamentamos en la vida de los jóvenes son también efecto y consecuencia de lo que han aprendido de los mayores”, dijo el religioso, al hablar también del contrasentido de la existencia de una justicia corrupta, “responsable de tantas injusticias en el país”.

En otro momento se refirió a las vidas que solo producen muerte, como el crimen organizado, el EPP y las corrientes que promueven el aborto.

“Tenemos tantos jóvenes fuertes y entusiastas llamados bono demográfico juvenil, pero con un futuro preocupante por la deficiente preparación intelectual, moral técnica que les ofrecemos”, lamentó.

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