La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio este lunes su aprobación de emergencia a la vacuna anti-COVID-19 de AstraZeneca/Oxford, lo que allana el camino para la distribución de cientos de millones de dosis a países desfavorecidos privados hasta ahora de inmunización. En Sudamérica, los únicos países que aún no cuentan con la vacuna son Paraguay y Uruguay, atendiendo a que hoy Colombia recibió el primer lote de Pfizer.

“La OMS registró hoy (lunes) dos versiones de la vacuna AstraZeneca/Oxford para uso de emergencia, dando la luz verde para que estas vacunas sean distribuidas globalmente a través de Covax”, según un comunicado, en alusión al programa para garantizar un acceso equitativo a las vacunas.

Este procedimiento, al que puede recurrir la OMS en caso de emergencia sanitaria, ayuda a los países que no tienen los medios para determinar por sí mismos la eficacia y la seguridad de un medicamento, a fin de tener un acceso más rápido, según publica la AFP.

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“Países sin acceso a las vacunas hasta hoy podrán finalmente ser capaces de empezar la inmunización de su personal sanitario y de las poblaciones más vulnerables”, declaró la doctora Mariangela Simao, subdirectora general de la OMS responsable del acceso a los medicamentos.

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La vacuna de AstraZeneca representa una inmensa mayoría de los 337,2 millones de dosis de vacunas que Covax, dirigido por la OMS, la Alianza para la Vacunación (Gavi) y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemia (Cepi), quiere distribuir en el primer semestre de este año.

Estas dosis destinadas a Covax están fabricadas en Corea del Sur y en India. La aprobación concierne estas dos versiones. La semana pasada, el comité de expertos de la OMS ya recomendó este fármaco para cualquier persona mayor de 18 años, incluyendo en los países donde circulan las variantes del virus más contagiosas.

Y eso pese a que el producto de AstraZeneca suscitó dudas sobre su eficacia en los mayores de 65 años o ante la mutación detectada en Sudáfrica.

Un simple refrigerador

Pero, para la OMS y sus expertos, esta vacuna cumple perfectamente con las prioridades del momento: limitar la gravedad y la mortalidad de una epidemia que ya se ha cobrado más de 2,4 millones de vidas en un año. Ya está siendo aplicada en muchos países, empezando por el Reino Unido desde el mes de diciembre.

Aunque está considerada menos eficaz que las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna, que utilizan por primera vez la técnica del ARN mensajero, el fármaco de AstraZeneca tiene la gran ventaja de poderse almacenar en sistemas clásicos de refrigeración.

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Este es un argumento crucial para los 92 países y territorios que lo recibirán gratuitamente a través de Covax. Su tecnología, llamada de “vector viral”, hace que sea mucho más barata: unos 2,5 euros o 3 dólares por dosis, con variaciones según los costes de producción locales.

El laboratorio británico también se comprometió a no obtener beneficios con este producto. Pero, como otros fabricantes, AstraZeneca tiene problemas para responder a la enorme demanda del fármaco y ha tenido que buscar empresas colaboradores para poder producir más cantidades.

Pese a todas estas iniciativas, el proceso para hacer llegar las vacunas a los países más desfavorecidos es largo. Aunque el número de dosis aplicadas en el mundo supera ya el número de casos de COVID-19 registrados, tres cuartas partes de estas vacunas fueron realizadas en sólo 10 países, que representan el 60% del PIB mundial, como recordó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Fuente: AFP


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