El titular de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas, minimizó la contratación de funcionarios sin concurso en la Cámara Baja. Calificó los cuestionamientos sobre la incorporación de 250 contratados como "estupideces", ya que cada legislador realizó sus pedidos.

Algo ofuscado por la consulta periodística, Cuevas no tuvo mejor defensa que apelar al corporativismo con el que actúan en el Congreso, en relación a la contratación de funcionarios. En relación al cuestionamiento de los contratados en la Cámara Baja se defendió diciendo que “no son nombrados por mí, son pedidos de colegas que en cada periodo se hace. Se fueron 250 y vinieron 250”, argumentó.

Para reforzar su posición, Cuevas reconoció que esta práctica de colocar a funcionarios o de pedir aumentos para empleados públicos es una práctica frecuente y que lo hacen todos los legisladores “de todos los sectores”.

Uno de los principales cuestionamientos a los nombramientos en el Congreso, así como a otras instituciones estatales, es que los mismos no se realizan por concurso de mérito ni aptitudes, como manda la ley de la Función Pública, sino a “dedo”. Actualmente, sólo en la Cámara Baja hay casi 2.000 funcionarios, de los cuales 600 son contratados.