Por unanimidad, fue aprobada en la Cámara de Diputados el Proyecto de Ley, “Que modifica varios Artículos de la Ley n° 1246/1998, de transplantes de órganos y tejidos anatómicos humanos”, más conocida como “Ley Anita”. El mismo fue sancionado durante una sesión extraordinaria, siendo esté el único punto del orden del día. Con media sanción en Diputados, será remitido al Senado para su tratamiento.

El proyecto fue presentado por varios Diputados y girado a las Comisiones de Asuntos Constitucionales, de Legislación y Codificación, de Salud Pública, de Ciencia y Tecnología, de Presupuesto y de la Familia y Tercera Edad, con moción de preferencia del Diputado Ramón Romero Roa (ANR).

Durante el debate, Romero Roa, dijo que su bancada asume el compromiso de la modificación de esta ley, en ese sentido resaltó la participación activa de todas las bancadas, no solamente en el debate sino en la difusión del mismo. “El objetivo no es otra cosa que prolongar la vida de las personas”, afirmó. Asimismo sugirió algunas modificaciones al proyecto original.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Propuso que de los fondos pertenecientes a la Salud Pública sean destinados un 10% para que funcione realmente este proyecto y que los médicos no tengan inconvenientes para ejecutar el procedimiento correspondiente. “Si no se tiene fondos para mantener este proyecto, será una ley muerta”, manifestó.

Por su parte, el diputado Sebastián Villarejo (PPQ), sostuvo que tener la posibilidad de regalar vida, tiene que ser por sobre todas las cosas el mayor desafío. Destacó que una persona donante puede salvar de 7 a 8 vidas.

La Diputada Jazmín Narváez, en representación de su bancada de Colorado Añetete indicó que ser un paciente en la espera de un órgano es catastrófico, teniendo en cuenta las estadísticas actuales. “Vamos a cambiar esas estadísticas por la evolución de la salud”, aseveró.

A su vez, el diputado Freddy D'Ecclesiis, como vocero de la Comisión de la Familia y Tercera Edad, señaló que este proyecto puede hacer que la vida de otras personas puedan tener otra oportunidad. “Coincidimos en la necesidad de aprobar este proyecto, a fin contrarrestar la gran falencia de la donación de órganos”.

En nombre del Partido Encuentro Nacional (PEN), la diputada Kattya González destacó que “Anita nos invita a un Paraguay solidario y a reivindicar ese valor.” Añadió que existen médicos maravillosos que están dispuestos a motorizar este país.

Ley Anita

La “Ley Anita” se refiere a la donación de órganos, cuya iniciativa ha generado opiniones divididas entre los ciudadanos. No se busca la obligatoriedad, sino tomar conciencia de lo mucho que se puede aportar donando órganos, para dar vida a otras personas. Lo que se pretende es que se respete la voluntad del presunto donante, por encima de cualquier decisión.

En la ley vigente 1246/98, el proceso de extracción de órganos establece que el familiar más cercano de la persona que esté en condición de muerte cerebral irreversible, sea quien decida sobre la donación.

Sin embargo debido a la falta de información, se generan diferentes situaciones en las que dichos familiares, por motivos o creencias personales, impiden que se cumpla con el proceso. No permitiendo que los órganos pasen a quienes están en la espera de un transplante.

El proyecto menciona que quien no quiera ser donante, tiene la absoluta autoridad de negarse. Luego de los 18 años, deberá expresarlo sencillamente ante escribanía pública y eso será respetado.

En homenaje a “Ana Almirón”

El proyecto de ley Anita es un homenaje a Ana Laura Almirón Riquelme, la niña de entonces 6 años de edad que sufría de una miocarditis dilatada que solo podía ser solucionada con un trasplante de corazón. El corazón dañado de la pequeña Anita dejó de latir en abril del 2013 tras dos largos años de espera en la lista de trasplantes, aguardando el órgano.

Varias veces hubo posibilidades de hacer la operación, pero las oportunidades de vivir de Anita se toparon con la negativa de algunas familias cuyos parientes fallecieron y ellos se negaron a donar los órganos por diferentes motivos. Los padres de Anita, a pesar del dolor atravesado por la muerte de su hija, donaron las córneas de la pequeña, que sí devolvieron la vista a otras personas. En la actualidad hay más de 250 personas esperando por un transplante de órgano.

Déjanos tus comentarios en Voiz