El narcotraficante brasileño Jarvis Chimenes Pavão fue extraditado a Brasil esta mañana. Con su extradición también se va una parte de la historia narco paraguaya, que marcó a sangre, fuego y miedo la zona de la frontera paraguayo-brasileña.

La esperanza que tuvieron Pavão y sus abogados para evitar la extradición terminó apenas 24 horas después de haberse hecho pública la medida judicial que consiguió el narco brasileño. Hoy se concretó la extradición ordenada por la jueza Lici Sánchez. Con esta acción, la jueza Lici Sánchez anuló el “habeas corpus genérico” que el viernes pasado firmó el Juez Crescencio Ocampos de San Estanislao, departamento de San Pedro, mediante el cual suspendió la extradición del narco brasileño a Brasil. Tras firmar esta sentencia, el juez se fue de vacaciones. Hoy Ocampos ya está imputado.

La medida de la jueza Lici Sánchez confirmó la primera resolución judicial de setiembre de 2017, que había aceptado y ordenado el traslado de Pavão a su país para enfrentar un proceso por tráfico de drogas y asociación criminal. De hecho, en Brasil lo esperan hace 15 años.

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El nombre de Pavão empezó a aparecer en los informes de inteligencia brasileña ya a principios del año 2.000. También, desde esa época, su nombre empezó a ganar terreno en las crónicas del periodismo paraguayo que empezaron a cubrir el mundo narco de frontera. En mayo de 2014, Pavão fue condenado en el vecino país a 17 años y 8 meses de prisión por cargos de narcotráfico.

Momento en que Jarvis Pavâo es trasladado hasta el avión de la Policía Federal del Brasil. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Un hombre del crimen

Nacido en 1974 en Ponta Porá, Brasil -Aunque en los últimos años Pavão se cansó de decir que realmente era paraguayo y que nació en Pedro Juan Caballero- creció en el seno de una familia de clase baja. Según lo que dijo en diferentes entrevistas que concedió a varios medios en los últimos tiempos, su familia ya tenía dinero y él sólo fue acomodando aquello que obtuvo de sus abuelos y sus padres.

Si bien en el submundo de la delincuencia de frontera ya se lo tenía en cuenta, recién en 1994 y siendo muy joven, la policía Brasileña registra la primera vinculación de Pavão con el tráfico de drogas. Lo capturaron en la zona del balneario Camboriú, cuando conducía un vehículo en el que transportaba unos 25 kilos de la mejor droga. En ese entonces, su jerarquía dentro de la estructura era la de ser distribuidor a gran escala. Le consiguieron el mejor staff de abogados de la zona y lograron liberarlo. Desde el año siguiente se instaló en Paraguay, específicamente en la zona de frontera. En nuestro país encontró su lugar en el mundo.

Un informe de la procuraduría brasileña donde mencionan a Pavao como el nuevo "Pablo Escobar" (Captura de pantalla)

Pavão creció y rápidamente se consolidó en el mundo narco. Caída la hegemonía de Fahd Yamil “el padrino” en la frontera, y mientras otros líderes de la zona -como Jorge Rafaat, acribillado el año pasado en Pedro Juan Caballero- todavía no lograban controlar todo el mercado, Pavão fue marcando territorio y controlando las rutas. Empezó a ganarse a aliados estratégicos como Carlos Antonio Caballero, alias Capilo -que también cayó con Pavão y en enero de este año fue extraditado a Brasil- cuya capacidad de organizar esquemas o red de tráfico era tan eficiente que incluso, en el 2015, se descubrió que seguía comandando el esquema del flujo de cocaína a Brasil desde una celda de Tacumbú.

Para 2006, Pavão ya era una de las piezas más buscadas del narcotráfico a nivel internacional e incluso por la propia DEA de los Estados Unidos. Este departamento investigativo ya lo tenía ubicado como uno de los delincuentes más poderosos de la región. En efecto, las rutas del narcotráfico en la frontera entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porâ, para ese entonces,ya estaban bajo los poderes de Pavão.

Pero como la de todo hombre narco, la historia de Pavão está plagada de casos inverosímiles. Mientras su cara adornaba carteles gigantes y publicidades en la TV pagada por el gobierno paraguayo para capturarlo, el hombre se dio el lujo de convocar a periodistas a un lugar dentro del país y conceder una entrevista. La nota fue publicada en el diario Abc Color el 30 de julio de 2006. El escándalo fue mayúsculo. Pero ni aún así, las autoridades pudieron ubicarlo. Los periodistas dijeron que nunca salieron de Paraguay para hacer la entrevista.

Captura del archivo digital del diario Abc Color con la entrevista con Pavao, buscado entonces por narcotráfico (Captura de Pantalla)

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Pedro Juan Caballero, el “territorio” de Pavão, sí que sabe de la violencia que acarrea el narcotráfico y sus leyes, que no están escritas en ningún documento, pero que se cumplen a rajatabla. En los 80 y 90, Fahd Yamil era considerado como el “padrino” de frontera. Procesado y condenado a 30 años de cárcel en Brasil, pero después absuelto, a Yamil se lo vinculó varias veces con la muerte del periodista Santiago Leguizamón, quien fue acribillado en Pedro Juan un 26 de abril de 1991. Sin embargo, hasta hoy, el asesinato de Santiago sigue impune. Como varios otros que después empezaron a convertir a la capital del departamento de Amambay como la ciudad con más cantidad de homicidios de todo el país.

El narco brasileño junto a su abogada, Laura Casuso (Fernando Riveros)

Ya para estos años, Pavão tenía las riendas del “negocio”. Pero con la mayor presencia de los medios y más tarde la llegada de internet, de las redes sociales, etc, la situación se volvió más complicada para quedar en el anonimato, no así en la impunidad.

Desde Brasil seguían sosteniendo que la ruta del tráfico de drogas era Pedro Juan, pero ya no solo era droga. También se empezó a traficar armas. En agosto del 2008, una intervención policial militar en una favela de Río de Janeiro, Brasil, terminó con una serie de arrestos, muertes y con la confirmación de algo que ya se sospechaba en ese entonces; la utilización de armas militares bolivianas por parte de los narcos de la favela. Los militares encontraron armas del ejército boliviano utilizados por los narcos de la favela.

Una de las investigaciones de los federales brasileños en contra de Pavão justamente apunta al tráfico de armas. Los narcos de frontera suelen estar equipados con un nivel que muchas veces ni siquiera llega la policía paraguaya. Basta recordar el episodio del asalto a Prosegur en Ciudad del Este, cuando un grupo de 40 delincuentes, armados como para ir a la guerra, tomó parte de la ciudad, derrumbó una parte del edificio de la empresa y se llevó la bóveda.

En marzo de 2016, lo que parecía un simple allanamiento policial a una casa del barrio Villa Aurelia de Asunción terminó por descubrir un gigantesco arsenal. Las armas, de procedencia de diferentes países, eran de tipo militar. Paraguay está, desde hace tiempo, catalogado como una de las rutas del tráfico de armas en la región. Y la conexión Pavão-Primer Comando Capital (PCC), uno de los grupos criminales más temibles del Brasil, tiene mucho que ver con esta situación.

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La noche del 15 de junio de 2016, una nueva muerte violenta conmovió a Pedro Juan Caballero, principalmente por quién era la víctima. Un equipo comando, con armas de guerra y una metralleta capaz de derribar helicópteros que fue montada en la parte trasera de una camineta, acribilló a Jorge Rafaaf Toumani, hasta entonces, capo máximo de la zona de frontera y que venía disputando el control de las rutas del narcotráfico. Tras este incidente, todos los ojos se volvieron a posar sobre Pavão.

La metralleta antiaérea con el que atacaron a Rafaat (foto gentileza)

Investigadores del narcotráfico en Paraguay establecieron siempre las diferencias que había entre Pavão y Rafaat Toumani por el control de los territorios y principalmente de la ruta para el tráfico de marihuana y drogas al Brasil. Con la muerte de Rafaat, la zona de frontera entre Paraguay y Brasil no tendría paz en lo inmediato. Se sabe, de hecho, que las reglas del mundo se establecen que cualquier venganza se paga con muerte. El círculo de violencia así se hace interminable.

Ronny Pavão tenía 42 años, era hermano de Jarvis Chimenes y lo mataron 9 meses después del asesinato de Rafaat. Caía la tarde del 15 de marzo de este año y Ronny salía de un gimnasio ubicado en Ponta Porâ, apenas a 6 cuadras de la línea que divide a dicha ciudad con Pedro Juan Caballero, cuando fue emboscado por sicarios. Lo acribillaron en plena calle. Frente a mucha gente. A Ronny no se le conocía vínculo alguno con el mundo del narcotráfico. Andaba sin guardias. De hecho, salía del gimnasio al que iba todos los días. Jarvis pidió a la Justicia que le dejen ir al velorio de su hermano. El pedido fue rechazado.

Mucha gente vio cuando lo mataron a Ronny. Cuando se enteraron de quién se trataba, ya no hubo testigos. La gente sabe que el mundo narco no perdona a los que quieren hablar demasiado.

En una de sus últimas apariciones en público, cuando salía de la Agrupación Especializada (foto archivo)

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En una de sus declaraciones más polémicas, el narco brasileño dijo que colaboró con dinero para la liberación del joven Arlan Fick, que estaba secuestrado por los miembros del autodenominado "Ejército del Pueblo Paraguayo" EPP desde julio hasta el 25 de diciembre de 2014. Además, aseguró que había colaborado para comprar equipos de rastreo e inteligencia para las Fuerzas de Tarea Conjunta ( FTC).

Dueño de estancias, de empresas importadoras, representante de marcas de cerveza, Pavão cada vez que podía se declaraba inocente sobre los cargos en su contra y decía que se dedicaba al comercio y a la ganadería. Se lo vinculó varias veces con actores políticos, incluso financiando campañas de candidatos. La ganadería era una de sus pasiones. En su hoy ya histórica estancia “4 Filhos”, de Yby Jaú, tenía algunas cabezas de ganado y mucho lujo. Según Pavão, la estancia no tenía más de 900 hectáreas y era de su madre. Él sólo le había ayudado a comprarla.

El día que cayó Jarvis Chimenes Pavão. Pasaron 8 años y hoy fue extraditado. Foto: Archivo

Justo en su estancia “4 Filhos” fue que se empezó a gestar esta historia que hoy terminó con la extradición. El 26 de diciembre de 2009, Jarvis y sus pistoleros dormían una agradable siesta en el lugar cuando un grupo de 10 agentes antinarcóticos de la Policía y de la Senad intervino en el lugar. El operativo de la Senad se denominó “Capricornio” -y que se suspendió varias veces por filtraciones de información – terminó con la captura del narcotraficante más buscado en todo el país, Jarvis Chimenes Pavão. Para atrapar a quien tiñó de sangre y miedo la frontera durante años, los agentes no tuvieron que hacer ni un solo disparo. Además, se llevaron un bonus; con él estaba Carlos Antonio Caballero, alias Capilo.

Condenado a 8 años de cárcel por lavado de dinero, tenencia ilegal de armas y asociación criminal, Pavão cumplió su sentencia ayer en nuestro país. Justo hoy se cumplen 8 años y dos días de que Pavão se despertó en su estancia de Yvy Jaú con los agentes de la Senad por todos lados y se entregó. Mañana se va a despertar con la justicia brasileña esperándolo para rendir cuentas.

Hoy una parte de la historia narco de Paraguay se va con Pavão, queda la otra.

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