La Paz, Bolivia | AFP
Los Juegos Sudamericanos Odesur-2018 que se inaugurarán el sábado próximo en Cochabamba, Bolivia, están en el ojo de la tormenta: hay retraso de obras, sospechas de incompetencia, venalidad, y quejas contra el gobierno por desatención a atletas nacionales.
Con la mayoría de las delegaciones de las 14 naciones sudamericanas en la sede de los Juegos, el presidente boliviano, Evo Morales, admitió el martes que las obras de algunos escenarios deportivos sufren retrasos. Un campo de hockey, una pista atlética y una cancha de fútbol muestran demora.
Morales confía en que estas obras estarán listas al filo de la inauguración de los Juegos. “No es mucho problema”, comentó.
- El gobierno abre fuego -
El ministro de Deportes, Tito Montaño, abrió fuego esta semana al afirmar que, de los 620 atletas bolivianos seleccionados, “muchos de ellos no son competitivos”, en respuesta a quejas de desatención.
En un resumen de largas quejas de los deportistas, el tirador Rudolf Knijnenburg, afirmó que “el equipo Bolivia no ha tenido una preparación adecuada, no ha habido planificación en el ciclo de cuatro años”.
Montaño, un antiguo jugador de fútbol, recogió el guante, y disparó manifestando que algunos atletas bolivianos “no son competitivos como para poder ofrecer una posibilidad de competencia en este evento”.
Según Montaño, en el cargo desde 2014, el Estado erogó 214 millones de bolivianos (30 millones de dólares) en la organización y la preparación de 622 deportistas nacionales.
- Desnutridos y hambrientos -
La excampeona sudamericana de marcha, Giovanna Irusta, una leyenda en el deporte nacional que vive hace casi un lustro en Argentina, deploró, en una carta abierta a Morales, la falta de apoyo a los deportistas, a pesar de las inversiones en infraestructura.
“Qué triste recibir a los visitantes en nuestra casa lujosa, grandiosa, como pordioseros en harapos, desnutridos y hambrientos”, escribió.
Sin apoyo a los atletas, “toda esa infraestructura es un derroche de dinero”, afirmó, para luego pedir la destitución de Montaño, a quien llamó “un ignorante importante”.
- Éxodo creciente -
A causa de esa falta de atención, son muchos los deportistas que migraron a otros lares. Entre ellos, cinco excampeones bolivianos representarán en estos juegos a otros países. El campeón juvenil de raquetbol, Mario Mercado, jugará, por ejemplo, con la franela de Colombia.
Un caso emblemático es el de Natalia Méndez, séptuple campeona mundial juvenil de raquetbol, que juega ahora por Argentina, o el del tirador Cristian Morales, que representa a Perú.
Para revertir ese éxodo, los deportistas nacionales piden ahora beneficiarse con unos 9 millones de dólares anuales que el Estado recauda por impuestos al tabaco y licores.
- Irregularidades -
El gobierno boliviano anunció este mes que impulsará la realización de una auditoría a los Juegos Suramericanos debido a presuntas irregularidades en la contratación de bienes y servicios. La medida fue adoptada luego de que estallaran dos casos de contrataciones de servicios, aparentemente irregulares, uno de involucrando a un exministro del gobierno de Morales.
A los Juegos Suramericanos-2018, que Bolivia organiza en Cochabamba después de más de 40 años, asistirán unos 4.000 atletas de 14 naciones que participarán en 377 pruebas de 35 disciplinas deportivas. Los Juegos entregarán 1.200 medallas de oro, plata y bronce a los ganadores.