Lausana, Suiza | AFP
El lucrativo proyecto de Mundial de Clubes de 24 equipos, defendido por el presidente de la FIFA Gianni Infantino pero que no es agrado de todos, estará en el centro de los debates de una reunión estratégica que celebrará el miércoles la UEFA, que se ha mostrado “preocupada”.
Horas antes de la final de la Europa League entre el Atlético de Madrid y el Marsella en Lyon (miércoles, 18h45 GMT) se celebrará esta reunión del Consejo de la UEFA, en el que participan la Asociación Europea de Clubes (ECA), la de las Ligas Profesionales (EPFL) y el Sindicato de Jugadores (FifPro).
La reunión estará presidida por el máximo rector de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin.
¿El objetivo? Debatir sobre el controvertido proyecto de Infantino de modificar el actual formato del Mundial de Clubes, que genera escaso interés, para pasar a un torneo cuatrienal y ampliado de 7 a 24 equipos (12 europeos) a partir de 2021.
Otra idea del patrón de la FIFA: crear una Liga Mundial de Naciones, una especie de mini-Copa del Mundo, que reagruparía cada dos años a ocho selecciones nacionales, clasificadas a través de las respectivas Ligas de Naciones continentales.
Para convencer a sus detractores, Infantino asegura que un fondo de inversión (de capital chino, japonés y saudí) garantizaría hasta 25.000 millones de dólares en ingresos por las dos competencias, un dinero que el dirigente italo-suizo promete repartir entre los clubes y las federaciones.
- 12.000 millones garantizados -
Sólo por el Mundial de Clubes con 24 equipos, el consorcio “garantiza unos ingresos mínimos de 12.000 millones de dólares por las cuatro ediciones de 2021 a 2033″, según un documento entregado por la FIFA en una reunión con siete grandes clubes europeos, entre ellos el Real Madrid, el París SG, el Bayern de Múnich y el Mánchester United, y que la AFP pudo consultar.
Según este documento, este Mundial ofrecería 12 plazas a clubes europeos, 4′5 a Sudamérica, 2 a Asia, 2 a África y otros 2 a la Concacaf, 0′5 a Oceanía y 1 al país anfitrión.
Para designar a los 12 participantes europeos hay dos escenarios posibles: o bien que sean los 4 últimos campeones de Champions y los 8 equipos mejor clasificados en el índice UEFA o bien los 8 finalistas de cada una de las cuatro ediciones de la Liga de Campeones, más los 4 ganadores de la Europa League.
En todo caso, cada club participante en el torneo podría ingresar entre 50 y 80 millones de dólares por edición.
El Barcelona, por ejemplo, ya ha mostrado su apoyo a “la creación de una competición emocionante, dinámica, inclusiva y prestigiosa”, que ayudará a crecer la imagen de marca de cada club y que ofrecerá “una nueva fuente de ingresos para reinvertir en el juego”.
También el Real Madrid considera que el nuevo torneo es “muy interesante y atractivo”, aunque la idea de Infantino está lejos de generar unanimidad.
Pero Infantino está lejos de haber ganado esta partida: ha recibido críticas incluso por parte de algunos miembros del propio Consejo de la FIFA, cuando presentó del proyecto en abril pasado, y lucha contra el crono, ya que la oferta del fondo es limitada en el tiempo.
Una tras otras, la EPFL, el FifPro y el Foro Mundial de Ligas (WLF) han mostrado su rechazo al proyecto. “La FIFA se comporta de manera extraña”, declaró el viernes Ceferin. “Invita exclusivamente a los clubes pensando que son los únicos importantes”, añadió el máximo el dirigente de la UEFA.
Las diferentes estructuras representativas del fútbol “tienen la clara impresión de ser cortocircuitadas”, asegura una fuente próxima al dosier.
Por su parte, la FIFA responde que el proyecto “fue presentado durante una reunión de la Comisión de Socios”, que reúne a todos los representantes.
- Calendario ya sobrecargado -
“Infantino ha mantenido reuniones bilaterales con los grandes clubes, pero no con las otras estructuras”, admite el especialista, conocedor de las negociaciones.
Otro argumento de Infantino: sobre un periodo de 4 años, “el número de partidos disputados por los grandes clubes disminuiría”.
Un argumento que está lejos de convencer a la EPFL o la WFL, que se oponen con firmeza “a cualquier plan de la FIFA para implantar torneos que tendrían un impacto negativo sobre un calendario ya sobrecargado”.
En un contexto de desequilibrio deportivo creciente en el seno de los grandes campeonatos europeos, para Richard Scudamore, patrón de la Premier League, “toda nueva competición de clubes que conduciría a alterar el equilibrio competitivo de las competencias nacionales” debe ser proscrito.
Presionado por el tiempo, Infantino quiere adoptar estos dos proyectos antes del Congreso de Moscú de junio, en el que se elegirá la sede para el Mundial-2026, otro tema espinoso.
A un año del congreso de París donde Infantino buscará un segundo mandato, el dirigente quiere tener todos estos temas resueltos para “centrarse en su reelección”, según un buen conocedor de la FIFA.