Rodi Ferreira tiene apenas 19 años, debutó en la Primera del Olimpia en el 2015 y poco a poco fue ganándose un lugar en la defensa, siendo titular incluso en partidos de Copa.
Mathías Villasanti es mediocampista, tiene 20 años, se estrenó en el equipo principal de Cerro Porteño en 2016 y, de acuerdo al entrenador de turno, iba alternando entre la Primera y la Reserva azulgrana.
Ambos asomaron con el rótulo de "grandes promesas" de estos clubes y, en consecuencia, estaban llamados a ser los futuros cracks que, una vez consolidados en Primera, redituarían a sus clubes no solo alegrías futbolísticas sino que satisfacciones económicas.
Los dirigentes hablaban de ellos como potenciales candidatos a ser transferidos a grandes clubes. Incluso, en algunas ocasiones vincularon a los mismos nombres de importantes clubes.
Pasó el tiempo, y tanto Ferreira como Villasanti fueron perdiendo protagonismo.
El primero tuvo un bajó que lo alejó del primer equipo, pese a que el propio Ever Almeida le mandó el recado: "Quiero a Rodi en el plantel, todo depende de él". El segundo estuvo en Reserva, a la espera de que Leonel Álvarez quisiera contar con él.
Hoy, ambos están dejando las instituciones que los vieron formarse, que se ilusionaron con venderlos a grandes clubes, para fichar por el modesto Atlético Temperley del fútbol argentino.
Rodi Ferreira ya está en el vecino país, finiquitando los trámites de su contrato a préstamo por un año, con opción a compra definitiva, y sometiéndose a los exámenes médicos de rigor.
Mathías Villasanti ya está con un pie en el avión. Si aún no viajó no es porque no lo desee, sino porque "el presidente (Juan José Zapag) debe dar el ok, y aún no lo estamos consiguiendo", según el mismo informó en declaraciones al programa "Fútbol a lo Grande".
Lo cierto es que estas dos grandes promesas del fútbol paraguayo intentarán recuperar su mejor nivel en Argentina, donde se juega uno de los torneos más competitivos del continente. ¿Lo lograrán?