Budapest, Hungría | AFP, por Elodie SOINARD.
Tanto en las piscinas, donde tiene por costumbre participar en numerosas pruebas, como fuera de ellas, para impulsar su marca "Iron Lady" o para sus batallas particulares contra los dirigentes de la natación: la húngara Katinka Hosszu, ídolo para el público local del Mundial de Budapest-2017, no renuncia a ningún frente.
En la capital húngara, su cuartel general, su popularidad se percibe hasta en una agencia de alquiler de coches, cuando un cliente entra al lugar con una gorra en la que se lee "Iron Lady" ("La Dama de Hierro", apodo de Hosszu). O incluso en el metro, cuando un adolescente no despega los ojos de la página de un diario dedicada a la nadadora.
El lunes, Hosszu (28 años) hizo vibrar al Danube Arena conservando la corona mundial de los 200 metros estilos, antes de sus siguientes desafíos (200 m libre, 200 m mariposa, 200 m espalda y 400 m estilos), ya que renunció a los 100 metros espalda después de las series.
Encadenar reto tras reto, reunión tras reunión, carrera tras carrera, es un hábito para la triple campeona olímpica de Rio (200 y 400 estilos, 100 metros espalda).
– Del apodo, una marca –
La nadadora de Pecs tiene como gran virtud su motivación. "En cada competición tengo objetivos diferentes. No creo que estuviera tan motivada si sólo tuviera una o dos competiciones por año", explica.
Y también es una fuente de ingresos: a finales de 2014, Hosszu se convirtió en la primera nadadora en acumular más de un millón de dólares de ganancias en pruebas de ese deporte.
Su inédita determinación para multiplicar sus apariciones en reuniones y competiciones hicieron que se ganara el apodo de "Iron Lady" en 2012 en la prensa china.
Un apodo que ella aprovechó con su marido (además de entrenador y agente), el estadounidense Shane Tusup, convirtieron en una marca exitosa, que cuenta con unos cincuenta empleados. "Y que se desarrolla rápidamente", subraya Tusup.
"Iron Corp (la empresa) aprovecha mucho que el Mundial sea en Budapest", añade.
"Cuando creamos nuestra marca hace cinco años no hubiera imaginado que llegáramos tan lejos", reconoce Hosszu. "Me encanta tener una empresa, no ser solo una nadadora", asegura.
Gorras, camisetas, bufandas, mochilas, vasos, llaveros, pulseras, tatuajes efímeros… Pero también una nueva línea de bañadores diseñada en colaboración con la marca Arena y oportunamente lanzada justo antes del Mundial-2017: la tienda "Iron Lady" a los pies del Danube Arena vende una gran variedad de productos derivados.
– Un manga, dos peluches –
Incluso se puede encontrar allí un cómic manga en húngaro en el que Hosszu es la heroína o dos peluches con su cara.
"Como agente, socio y mánager, ha sido un año loco", resume Tusup.
El lunes, en plena euforia por la victoria ante un público entregado, Hosszu mantenía la calma, aunque con una gorra de "Iron Lady".
Los negocios de la pareja incluyen una escuela de natación, "Iron Aquatics", y puede que pronto una productora para realizar los episodios para YouTube de la preparación de la nadadora.
Hosszu también es una figura con fuerte carácter. El pasado año, el máximo dirigente de la Federación Húngara de Natación, Tamas Gyarfas, sufrió sus iras cuando la estrella nacional se quejó de las malas condiciones de entrenamiento de los nadadores húngaros.
Justo antes del Mundial-2017, fue la Federación Internacional (FINA) el objetivo de sus dardos por haber modificado las reglas del circuito de la Copa del Mundo en pisina corta, especialmente lucrativo para ella. Su respuesta no tardó: Hosszu aprovechó para lanzar una asociación de nadadores destinada a defender los intereses de los deportistas.