Erin Griffith
San Francisco
Empresas emergentes que alguna vez fueron de las más apreciadas en Silicon Valley están comenzando a descubrir la realidad de ser una empresa que cotiza en la bolsa. La que más recientemente se ha enfrentado a su nueva realidad es Slack.
En su primera cuenta de resultados desde que comenzó a cotizar en junio, Slack publicó una pérdida mayor a la de hace un año y un aumento del 58% en los ingresos a la vez que se incrementó su gasto, lo cual se debe en parte a los costos derivados de empezar a cotizar.
La firma, la cual fabrica software para empresas, también proyectó que sus pérdidas del trimestre actual serían superiores a las expectativas de Wall Street, lo que derrumbó sus acciones más de un 15% después del cierre de las operaciones.
ALGO MUY DIFERENTE
En una entrevista, Stewart Butterfield, director ejecutivo de Slack, mencionó que iba a pasar tiempo antes de que el mercado comprendiera a su empresa, pues había creado una nueva categoría de software, algo muy diferente de los refrescos y los autos. “Todo el mundo entiende qué son esas cosas y por qué las necesitan”, comentó. Con el tiempo, agregó, “la gente desarrollará un entendimiento más maduro” de Slack.
Estos resultados llegan después de meses de escepticismo sobre el negocio de Slack. Desde que la empresa empezó a comercializar en una cotización directa, sus acciones han estado cayendo de forma ininterrumpida. La firma enfrenta una competencia feroz de empresas más grandes y mejor financiadas, entre ellas Microsoft.
LENTO CRECIMIENTO
El reciente desempeño de Slack hace eco de lo ocurrido con algunas otras empresas emergentes anteriormente atractivas, como Uber y Lyft, las cuales también comenzaron a cotizar este año y se han tambaleado desde sus ofertas iniciales. El mes pasado, Uber publicó la pérdida trimestral más grande en su historia, 5.200 millones de dólares, y también la tasa de crecimiento más lenta de su historia. Los inversionistas han cuestionado si algunas de estas empresas, en su mayoría poco rentables, alguna vez producirán dinero.
Slack vende suscripciones a empresas cuyos trabajadores usan su software para enviarse mensajes y trabajar juntos. Su producto fue muy usado por las empresas tecnológicas emergentes antes de llegar a empresas más grandes. En la documentación de su oferta, Slack estimó que el mercado total para los servicios de colaboración en el lugar de trabajo equivalía a 28.000 millones de dólares. Para su segundo trimestre fiscal, Slack publicó una pérdida de 364 millones de dólares, más de diez veces la pérdida de 32 millones de dólares de un año antes.