TOKIO.
El 27 de junio, Nissan reveló dos nuevos golpes a su asediada gerencia, pues reveló el retiro de 490.000 vehículos en Japón y divulgó que sus accionistas seguían divididos respecto de su director ejecutivo, Hiroto Saikawa. El retiro debido a un problema eléctrico es el segundo más grande de nueve que han ocurrido este año. Hasta ahora, en el 2019, Nissan ha retirado más de 1,5 millones de vehículos en Japón.
Nissan ha encontrado desafíos en distintos frentes. En noviembre, arrestaron al ex presidente de la empresa, Carlos Ghosn, acusado de delitos financieros, lo cual expuso una inmensa disfunción en el gobierno de la firma. También ha padecido una caída en las ganancias y una serie de escándalos relacionados con la calidad de sus autos.
En años recientes, la automotriz ha sufrido por sus problemas de calidad. En el 2017, admitió que técnicos sin certificación habían realizado inspecciones de los nuevos vehículos y el año pasado afirmó que hubo inspectores que falsificaron datos sobre la calidad de los productos.
Ghosn ha criticado a los ejecutivos que alguna vez trabajaron para él, acusándolos de malos manejos, incluso respecto al control de calidad. Para Saikawa, Ghosn ha sido el principal culpable de los problemas de desempeño que han ocurrido en el tiempo que lleva como director ejecutivo.
Un problema adicional para Saikawa es que el ex director de recursos humanos de Nissan, quien fue detenido junto con Ghosn, lo acusó de haber manipulado las remuneraciones basadas en acciones de Nissan para aumentar la suya.
El 27 de junio, Nissan divulgó resultados detallados de una votación de accionistas realizada el 25 de junio, donde se decidió si se iba a volver a nombrar a Saikawa como miembro del consejo de administración de la empresa. Los resultados sugirieron que los inversionistas de la empresa –menos Renault– son indiferentes respecto de la capacidad de Saikawa para manejar los problemas de la empresa.