• POR ALEXANDRA STEVENSON
  • BOAO, CHINA

El presidente del Fondo Monetario Internacional alabó su apertura. Un banquero sénior del Reino Unido elogió su régimen autoritario. El presidente de Filipinas dijo que lo adora.

Esta semana, el presidente de China, Xi Jinping, fue el protagonista del Foro de Boao para Asia que se celebra cada año en su país ante los brazos acogedores de muchos actores de la élite global. Se describió como un campeón del libre comercio y del orden mundial, cuando se dirigió al grupo que incluyó a Ban Ki-moon, el ex secretario general de las Naciones Unidas, y Pascal Lamy, el ex director general de la Organización Mundial del Comercio, y sus palabras ayudaron a mover los mercados de todo el mundo.

Desde hace tiempo, el foro que se lleva a cabo cada año en la isla de Hainan, ubicada al sur de China, ha servido de plataforma para que la nación asiática se muestre como puntal económico y líder de la región.

Sin embargo, las reuniones de este año tuvieron un papel más importante, como plataforma para Pekín: el resultado de una creciente disputa comercial entre China y Estados Unidos. Fue una oportunidad para que Xi Jinping se presentara como el contraste del presidente Donald Trump, quien ha rechazado la globalización y se ha concentrado en una “política de Estados Unidos primero”, la cual tiene como objetivo atacar a China, en particular, con una serie de maniobras proteccionistas.

Los aplausos de líderes de otros países como el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, y del primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, así como de figuras destacadas dentro del mundo económico y diplomático, han ayudado a afianzar esa imagen.

“Lo felicito, Xi Jinping, por esta nueva vida que ha identificado, por la apertura que ha celebrado y defendido, por la innovación y la inclusión que ha promovido”, dijo en un discurso Christine Lagarde, la directora general del Fondo Monetario Internacional.

De lo que no se habló mucho en los paneles de Boao fue de la manera en que los aranceles comerciales podrían afectar la economía de China. En cambio, el mensaje fue que Estados Unidos quedaría rezagado.

“China abrirá más todo el mundo pero, si los estadounidenses siguen con sus medidas proteccionistas, Estados Unidos será excluido”, mencionó Li Daokui, el director del Centro para China en la Economía Mundial de la Universidad Tsinghua.

(Keith Bradsher colaboró con el reportaje desde Pekín y Cao Li contribuyó con la investigación).

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