Ayer despedimos al querido papa Francisco y Dios ha permitido que sea enterrado en la víspera de la Fiesta de la Divina Misericordia, una coincidencia profundamente simbólica para quien hizo de la misericordia el corazón de su misión y el centro de su pontificado, a partir de su lema “Miserando atque eligendo” (Lo miró con misericordia y lo eligió).

Mucho se ha dicho y escrito en los últimos días sobre todo lo que ha significado el primer sumo pontífice argentino latinoamericano no solo para la Iglesia católica en sus más de 2.000 años de historia, sino para toda la humanidad.

Fue un pastor que predicó con el ejemplo y a través de su humildad conquistó los corazones hasta de los no creyentes haciendo llegar su mensaje de paz a todos los rincones del mundo. Esto quedó evidenciado con los miles de visitantes que recibió el Vaticano y la presencia de los líderes políticos más importantes del mundo para darle el último adiós.

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Más allá de las polémicas o los reclamos por la ausencia de nuestro presidente Santiago Peña, lo importante es rescatar el profundo afecto y la gran cercanía que ha mostrado por el Paraguay el papa Francisco, no solo al visitarlo, sino también al haber designado a su primer cardenal y permitir la beatificación de la joven carmelita descalza María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, quien vivió en Villarrica del Espíritu Santo y podría convertirse en la primera mujer santa paraguaya. Con este gesto se estaría dignificando aún más a la “más gloriosa de América”, como definió tantas veces a las mujeres de nuestra patria.

Se abre ahora una nueva etapa para la Iglesia católica y el mundo estará expectante en las próximas semanas de lo que decidan los cardenales en el cónclave. Sin embargo, para los opinólogos y pseudo “vaticanistas” que intentan reducir todo a una cuestión político-ideológica, recuerdo lo que nos había dicho esta semana en una entrevista el profesor Dr. Mario Ramos-Reyes: “La Iglesia no es de derecha ni de izquierda, ni progresista ni reaccionaria, porque la Iglesia es fundada por Cristo y es sobrenatural”.

Por eso, sea quien sea elegido papa, su misión seguirá siendo la misma: la salvación de la humanidad. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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